Mar 13.12.2005

EL MUNDO  › BACHELET Y PIÑERA INICIAN LA CAMPAÑA DE LA SEGUNDA VUELTA EN CHILE

Largada para buscar los votos del centro

Para lograr la victoria en el ballottage del 15 de enero, tanto la triunfante Michelle Bachelet (socialista) como el derechista Sebastián Piñera intentarán seducir a los votantes de centro. Las coaliciones que busca armar cada uno.

› Por Jorge Marirrodriga*
Desde Santiago de Chile

“El que quedó segundo.” Con esta expresión se refirió la socialista Michelle Bachelet en dos ocasiones al derechista Sebastián Piñera después de la victoria obtenida en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado domingo. Esa y otras frases –“Ni todo el dinero del candidato de la derecha conseguirá forzar el derecho de la mayoría”– muestran cómo ya comenzó la campaña de la segunda vuelta que se celebrará el 15 de enero, después de una votación que reveló una gran igualdad entre la izquierda y la derecha en Chile.
El Ministerio del Interior informó ayer las cifras definitivas del recuento de votos, según las cuales Bachelet, de la coalición de centroizquierda Concertación Democrática, obtuvo 45,95 por ciento de los votos; Piñera, de Renovación Nacional (RN), el 25,41 por ciento; el derechista Joaquín Lavín, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el 23,22 por ciento y Tomás Hirsch, de la coalición entre comunistas y humanistas Juntos Podemos Más, el 5,4 por ciento de los sufragios. Se trata del peor resultado obtenido por la Concertación en los 16 años que lleva en el poder y Bachelet dejó claro desde el primer momento que entendió el aviso del electorado.
“A los amigos les digo que menos peleas, menos declaraciones a los diarios y más trabajar”, subrayó la ex ministra de Defensa mostrando una faceta enérgica poco vista durante la campaña electoral, en la que se había destacado más su talante conciliador y amable.
Otras cosas cambiarán en su estrategia electoral para la segunda vuelta. Según confirmaron fuentes del Partido Socialista, habrá una mayor identificación de Bachelet con la exitosa gestión del presidente Ricardo Lagos y un mayor protagonismo de la Democracia Cristiana, partido mayoritario en la coalición. De hecho, en la noche del domingo el presidente democristiano, Adolfo Zaldívar, se situó junto a Bachelet. Poco antes había pedido el apoyo de los votantes democristianos para Bachelet en la segunda vuelta.
En el campo contrario, Piñera –a escasas manzanas del lugar donde el centroizquierda celebraba su triunfo– seguía apelando al voto moderado en sus primeras palabras. “Vamos a seguir convocando a la gente de centro, a la gente independiente, a la que comparte nuestros valores de humanismo cristiano.” A su lado estaba el derechista Joaquín Lavín, el gran perdedor de estas elecciones, quien cuando los primeros resultados apuntaban que Piñera pasaría a la segunda vuelta, no esperó a que se confirmara su derrota y acudió al hotel donde se habían reunido los simpatizantes de Piñera y allí fue recibido por el líder de RN. Ambos dirigentes se reunieron a solas por espacio de media hora, al término de lo cual se presentaron juntos ante el público. “No me tocó. Es la vida. Ahora tenemos una opción muy grande de llegar al gobierno. Hay que jugársela a fondo”, señaló Lavín, quien pidió a sus seguidores el voto para Piñera en la segunda vuelta.
Pero la fórmula de la unión de votos de la derecha –un 48,63 por ciento sobre los resultados de domingo– no está tan clara por dos razones: en la UDI, el partido de Lavín, hay importantes reticencias a apoyar la candidatura de Piñera, el hombre que desactivó las opciones del partido para alcanzar la presidencia de la República y además, ideológicamente, está mucho más al centro. La otra razón es que la UDI después del domingo es el primer partido en el Parlamento con 34 diputados y en la dirección de la formación derechista hay figuras que no quieren dar un apoyo incondicional a Piñera.
Un caso parecido ocurre en la izquierda. Aunque la suma de los votos de la Concertación y Juntos Podemos Más alcanzaría el 51,35 por ciento en la segunda vuelta, tampoco en la izquierda están muy convencidos de un apoyo incondicional a la candidata socialista. De hecho, Hirsch anunció que su voto en enero será nulo.

* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.

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