Sáb 24.12.2005

EL MUNDO

El complot contra la Navidad que conmueve al Capitolio

La derecha republicana acusa a los “liberals” de querer destruir el significado de las fiestas navideñas remplazando el clásico “Feliz Navidad” por el más laico “Felices Fiestas”. El conflicto llegó al Congreso norteamericano y hasta la Casa Blanca.

› Por David Brooks *
Desde Nueva York

Por todo el país, dicen, se enfrenta una nueva amenaza, tan grave que el Congreso y la Casa Blanca han tenido que tomar acciones urgentes para defender el país y el futuro de todos: EE.UU. ha descubierto un complot contra la Navidad.
La conjura es tan sofisticada y sutil que muchos no se han dado cuenta de que las raíces cristianas de EE.UU. –el fundamento de la patria misma– están bajo ataque. Pero los analistas y congresistas han descubierto que mensajes tan aparentemente inocentes como “felices fiestas” ocultan lo peor. De hecho, por ahí se descubrió el nefasto complot y la pregunta es: ¿qué y quiénes son los responsables de haber suprimido la frase “feliz Navidad” y logrado que se sustituya con “felices fiestas”?
El nivel de alarma se elevó a su punto más alto cuando se descubrió que la Casa Blanca había enviado mensajes navideños que se limitan a decir “felices fiestas” y no se mencionó, de forma explícita, la palabra Navidad. Por eso algunos políticos en Washington tomaron acciones urgentes. La Cámara de Representantes endosó la Navidad por un voto de 401 contra 22. El jueves pasado esa legislatura aprobó un “sentir” de que “los símbolos y tradiciones de Navidad deberán ser protegidos” y resolvió por tanto que desaprueba firmemente los intentos para prohibir las referencias a esa conmemoración.
Esta semana, la Casa Blanca decidió difundir otro mensaje público titulado “Navidad 2005”. Firmado por el presidente George W. Bush, el documento explica que hace más de 2000 años “una virgen dio a luz a un hijo, y el Dios del paraíso llegó a la tierra. La humanidad recibió a su Salvador, y para aquellos que habían vivido en la oscuridad, la luz de la esperanza había llegado. Cada Navidad celebramos esa primera visita de nuevo, y nos regocijamos en saber que el Dios que vino a la Tierra esa noche aún está con nosotros y permanecerá siempre”.
El mensaje oficial, emitido por la oficina del vocero de la Casa Blanca, recuerda que la Navidad es tiempo de esperanza y alegría y pide que en la actual recemos “por la libertad, la justicia y la paz en la Tierra”. El mensaje presidencial concluye: “Laura (su esposa) y yo enviamos nuestros mejores deseos para una Navidad bendecida y feliz”. No se sabe si la Casa Blanca se vio obligada a reformular su mensaje por la presión de los activistas pro navideños del país, pero podría ser que respondió a la presión pública.
Pero resulta que la idea de la “guerra contra la Navidad” no es tan nueva, aunque ahora parece ser más marcada que nunca. Es cierto que en estas épocas en los medios conservadores –programas de cablevisión, radio, publicaciones– los comentaristas y líderes de sectores del movimiento cristiano fundamentalista empiezan a hablar de la guerra contra la Navidad y cómo fuerzas oscuras (los “políticamente correctos”, los ateos, etcétera) buscan anular la mención de Navidad y sustituirla por mensajes que no mencionan ningún día en particular. Según los activistas pro Navidad, todo esto es parte de un complot no sólo contra los cristianos, sino contra la patria.

* De La Jornada de México. Especial para Página/12.

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