Ariel Sharon, el premier israelí, se someterá a un procedimiento de cateterismo para cerrar un pequeño agujero en su corazón que probablemente fue lo que le produjo el infarto hace una semana. El anuncio de que Sharon de 77 años sufrirá este tratamiento en las próximas dos o tres semanas hace pensar que su salud sigue siendo un asunto de debate público en lo que son las etapas preliminares de la campaña electoral israelí. En una conferencia dada por los médicos y arreglada por la oficina del primer ministro, se revelaron informes médicos diciendo que, aunque el habla de Sharon resultó afectado por el infarto durante unas horas, no había tenido ningún impacto en “su memoria y otras facultades”.
El jefe de neurología del Hospital Hadassah, Dr. Tamir Ben-Hur, declaró: “No hay daño cerebral. El primer ministro está en exactamente el mismo estado en que estaba el día antes de ser hospitalizado”. Algunos baches en el conocimiento público se cubrieron con las revelaciones de ayer, incluyendo una declaración oficial de que Sharon pesaba 115 kilos. Los médicos dijeron que Sharon había bajado tres kilos desde que se internó. Asimismo el primer ministro está recibiendo medicación para licuar su sangre dos veces por día hasta que se someta al cateterismo que llevará unos 30 minutos y requiere sedantes pero no anestesia general.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.