EL MUNDO › EE.UU. BOMBARDEO A PAKISTAN Y HUBO MASIVAS PROTESTAS CALLEJERAS
Miles de paquistaníes participaron de furiosas protestas callejeras contra el primer ataque aéreo norteamericano a su país.
› Por Justin Huggler *
Detalles surgieron ayer de cómo el subjefe de Al Qaida podría haber sobrevivido al ataque aéreo estadounidense en Pakistán simplemente porque no fue a una cena en la que lo esperaban. Incluso mientras los informes empezaban a conocerse, miles de paquistaníes participaron de encendidas protestas callejeras contra el ataque aéreo, en el que se cree que alrededor de 18 civiles habrían muerto, incluyendo seis niños. Es la primera vez que Washington decide atacar en suelo paquistaní, ganándose así, también por primera vez, el repudio –aunque sea formal– del gobierno de Islamabad, uno de sus principales aliados en su guerra contra el terrorismo.
En un discurso emitido en la televisión nacional, el presidente Pervez Musharraf instó a los paquistaníes a dejar de proteger a los líderes de Al Qaida y a otros militantes por el bien del país. El ataque aéreo en la ciudad de Damadola, en la región tribal de Bajaur, fue impulsado por informes de inteligencia que aseguraban que Zawahiri había sido invitado para cenar allí para celebrar el festival musulmán de Eid al Adha, según informaron fuentes paquistaníes ayer. “Fue invitado a cenar, pero no tenemos evidencia de que estuviera presente”, dijo un alto funcionario de inteligencia a la agencia de noticias Reuters.
La cadena televisiva Al Arabiya aseguró ayer haber recibido información confiable de que el número dos de Al Qaida todavía estaba vivo. Sin embargo, fuentes estadounidenses insisten en que el ataque se basó en “muy buena” inteligencia y dijeron que es muy temprano para estar seguros que sobrevivió, y que los restos de los muertos deberán ser examinados. Tres casas, incluyendo aquella en la que la cena se estaba realizando, fueron destruidas por misiles disparados desde un avión estadounidense no tripulado Predator. Estados Unidos no ha comentado oficialmente sobre el ataque aéreo, aunque se cree que fue una operación de la CIA. La CIA es conocida por operar sus propios Predators no tripulados, pero sus operaciones son clasificadas y raramente son comentadas por ella.
Funcionarios locales aseguran que 18 civiles murieron en el ataque aéreo: sin embargo, fuentes de la inteligencia paquistaní fueron citadas diciendo que el actual número de muertos sería mayor e incluiría once militantes –siete de origen árabe y cuatro paquistaníes–. Un informe en el New York Times afirma que los cuerpos de los siete árabes fueron retirados por un clérigo local, Maulavi Liaqat, que había estado en la cena pero se fue antes del ataque aéreo. Los cuerpos de los cuatro militantes paquistaníes fueron llevados por un segundo clérigo, Maulavi Atta Mohammed. Los diarios matutinos informaron que los dos clérigos son buscados en Paquistán por albergar a militantes.
Si Zawahiri hubiera muerto, habría sido el mayor éxito que ha disfrutado Estados Unidos en su cruzada contra Al Qaida. Visto en muchos sentidos como el mentor de Osama bin Laden, Zawahiri está en el corazón de la cúpula de Al Qaida y Washington ha puesto una recompensa de 25 millones de dólares sobre su cabeza. Recientemente había comenzado a tomar un rol más prominente, emergiendo como la cara pública de Al Qaida y difundiendo su propios mensajes en video y audio, mientras que nada se ha escuchado de Bin Laden en más de un año –fomentando los rumores de que Zawahiri se habría hecho cargo como líder operacional–.
Una de las esposas del Dr. Zawahiri es miembro de la tribu Mohmand de la etnia de los pahstuns, que son la mayoría de la población en la ciudad de Damadola, y sería natural para él visitarla para celebrar Eid. Bajaur se encuentra sobre la frontera con Afganistán, que desde hace mucho es considerada como un posible escondite de Bin Laden y del Dr. Zawahiri. Es una de las regiones tribales, un residuo del régimen colonial británico en el que las leyes tribales se aplican y las fuerzas de seguridad paquistaníes raramente se aventuran. Limita con la provincia Konar deAfganistán, una de las áreas en donde los insurgentes talibanes todavía son fuertes.
En un discurso dirigido a los miembros de las tribus locales, difundido por la televisión nacional ayer, el presidente Musharraf dijo: “Si albergamos terroristas extranjeros, aquellos que llevan a cabo ataques en todo el mundo, entonces recuerden que nuestro futuro no será bueno. La gente no debería aliarse con los militantes extranjeros. Deberían contarnos sobre ellos para que podamos tomar acciones contra ellos”. El general Musharraf es uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos en la “guerra contra el terrorismo”. No obstante, las protestas de unas 10.000 personas en las calles de Karachi y los pedidos de ayer para que renuncie muestran cuánta oposición popular existe contra su apoyo a Washington.
Pakistán no permite que tropas estadounidenses operen en su territorio, y oficialmente condenó el ataque aéreo. Pero se ha abstenido de una acusación directa a Estados Unidos.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Laura Carpineta.
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