EL MUNDO › ESCANDALO EN LA CAMPAÑA NACIONALISTA EN PERU
› Por Carlos Noriega
Desde Lima
Los escándalos políticos con videos no se acabaron con Vladimiro Montesinos en Perú. La campaña electoral se ensucia cada día más, y las cosas han escalado a tal punto que ya se pasó de los ataques verbales a la denuncia de un supuesto intento de asesinato. La supuesta víctima era José Vega, secretario general de la agrupación política que postula la candidatura del ex militar nacionalista Ollanta Humala, quien encabeza las encuestas junto con la derechista Lourdes Flores. Y su frustrado asesino sería nada menos que uno de sus compañeros de partido, Dante Yorges, secretario de movilización del humalismo. Esta confusa historia, plagada de intrigas y traiciones partidarias, comenzó a conocerse en la noche del jueves, cuando el propio Humala, adelantándose a los hechos, reunió a la prensa para denunciar que había “un complot” en marcha para “sacarme de la carrera por la presidencial”, el que consistía, según aseguró, en involucrarlo en el intento de asesinato de su secretario general. Mientras Humala hacía la denuncia en un céntrico hotel de la capital peruana, sus seguidores detenían a Yorges en su local partidario “para evitar que se fugue”. Luego lo entregarían a la policía, que horas después lo dejó en libertad.
El supuesto complot de asesinato, cuyo relato parece un enrevesado culebrón electoral, comenzó cuando Yorges se contactó con un sicario para planear el asesinato de Vega, con quien, según él mismo ha admitido, mantenía una disputa interna por ocupar un lugar preferencial en la lista de candidatos al Congreso. El dirigente del humalismo y el sicario se reunieron en un parque de Lima, y ahí Yorges le dio detalles de la rutina diaria de Vega y le recomendó asesinarlo “con un plomazo (balazo) en la cabeza” en la puerta de su casa, “porque en el local del partido lo rodea mucha gente”. En un momento del diálogo, Yorges asegura que Humala está de acuerdo con el asesinato del secretario general de su partido. Humala ha negado airadamente eso y ha calificado a Yorges de “infiltrado” y “miserable”. La conversación entre el dirigente del partido de Humala y el asesino a sueldo se realizó el lunes último y fue grabada, con el consentimiento del sicario, por las cámaras de un programa periodístico. Los periodistas del programa, que se emite los domingos, le mostraron la grabación a Humala, y luego de verla éste decidió llamar a la prensa para hacer pública esta extraña historia, en la que se han visto involucrados algunos de sus más cercanos colaboradores, y asegurar que él no tenía nada que ver con el abortado plan de asesinato.
Vega ha dicho que “todo ha sido planeado por Yorges para matarme y tratar de culpar a Humala, eso es parte del complot para demoler su candidatura”, y ha pedido garantías para su vida. Una vez descubierto, Yorges reaccionó denunciando que en realidad la víctima del complot era él, porque todo era “una trampa” montada por Vega para desprestigiarlo y apartarlo de una candidatura al Congreso. Cayendo una y otra vez en contradicciones, enredándose en sus propias palabras, dio un patético espectáculo ante las cámaras de televisión, negando primero todo lo ocurrido, admitiéndolo después ante las evidencias, aunque insistiendo en decir que nunca habló de matar a Vega, para luego reconocer que sí lo dijo, pero asegurando que todo “había sido un teatro” porque “yo sabía que me estaban grabando y les seguí la corriente para descubrir a los autores del complot”. Preguntado de por qué no alertó a Humala del supuesto complot, dijo que no pudo hacerlo porque a pesar de ser el secretario de movilización del partido le fue “imposible” llegar hasta el candidato presidencial para hablar con él. Yorges acusó a Vega de robarse el dinero del partido y de cobrar cupos de15 mil dólares a quienes querían ser considerados en las listas parlamentarias.
Humala denunció que “la conspiración” en su contra incluye videos con los que intentarían involucrarlo a él y a su esposa con el narcotráfico. Pero no dio más detalles de este asunto. El culebrón del supuesto plan de asesinato dejó en segundo plano una endeble acusación periodística contra Humala, que pretendía involucrarlo con las FARC. El candidato se burló de la denuncia diciendo irónicamente que “ahora sólo falta que digan que Bin Laden me está financiando”. Toda esta historia y los públicos ajustes de cuentas en el partido humalista ocurren en medio de una rebelión de las bases partidarias que acusan a la dirigencia encabezada por Humala de designar a dedo a los candidatos al Congreso, desconociendo a las bases. En las próximos días se verá cómo ha afectado a Humala toda esta negra historia.
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