El nombre Augusto Pinochet sigue estando en boca de todos, pero hay algunos que opinan que hay que dejarlo de lado. Mientras el juez Carlos Cerda, que lleva el “caso Riggs”, agregó a la investigación un “acuerdo solemne” en el que 45 altos mandos del Ejército juraron en 1996 lealtad “irrestricta” a Pinochet, el actual comandante en jefe del Ejército, general Juan Emilio Cheyre, afirmó que el hecho de que el ex dictador siga estando en el centro del debate no le hace bien a la sociedad chilena ni a la búsqueda de justicia.

En el documento firmado el 5 de enero de 1996 y que se adjuntó a la investigación del caso Riggs, sobre las millonarias cuentas secretas del ex dictador chileno, los altos mandos manifiestan su “invariable respeto, irrestricta lealtad, afecto y especial deferencia hacia la Máxima Autoridad del Ejército de Chile, capitán general Augusto Pinochet Ugarte”. El objetivo era, según lo publicó ayer el diario chileno La Nación, que “en los años venideros (los oficiales) mantengan una constante preocupación por las necesidades que le asistan (a Pinochet, en ese entonces comandante en jefe) en su diario quehacer”. Cabe recordar que en la época en que los altos oficiales afirmaron su lealtad por escrito, el general retirado Manuel Contreras (ex director de la DINA, la policía secreta de la dictadura) y el brigadier Pedro Espinoza llevaban dos meses en la cárcel por el “caso Letelier”, el asesinato en Washington en 1976 del ministro de Defensa del gobierno de Salvador Allende, Orlando Letelier, gran enemigo de la dictadura pinochetista (1973-1990).

En cambio, el comandante en jefe del Ejército chileno, el general Juan Emilio Cheyre, prefiere dejar de lado el nombre Pinochet, ya que ayer afirmó que la valoración que se le da al ex dictador no ayuda a que se cumpla la justicia en Chile. “A todos nos hace mal que Pinochet siga estando en el centro (del debate). No ayuda a Chile, ni a hacer justicia objetivamente”, dijo a la revista chilena Caras. Con la atención especial que se presta al ex dictador, “se produce un tratamiento diferente a cualquier ciudadano”, declaró Cheyre, para quien Pinochet “está en el ocaso de su vida y ya no tiene gravitación alguna en el quehacer político”. También se mostró convencido de que el hombre de 90 años “ya no tiene ningún afán en ser protagonista”, aunque dejó entrever que “personas de su entorno” pueden no compartir sus deseos.