Mar 21.02.2006

EL MUNDO  › DICTAMINAN TRES AÑOS DE PRISION PARA DAVID IRVING

El Holocausto y la condena

› Por Ruth Elkins *
Desde Viena

David Irving entró a la histórica sala de la corte de Viena ayer a la mañana con arrogante descaro y la dejó a la noche como un hombre agobiado y derrotado. El escritor de 67 años fue sentenciado a tres años en prisión por un juez austríaco por negar, en dos discursos que hizo hace 16 años, la existencia de las cámaras de gas durante la Segunda Guerra Mundial y el asesinato de seis millones de judíos. “Estoy profundamente conmocionado y voy a apelar”, les dijo a los periodistas mientras era sacado de la sala por policías armados. Hubo un grito de sus partidarios. “¡Sé fuerte, David!”, gritó Richard Edmunds, que había volado desde Londres para estar ese día en la corte. “¡Buena suerte!” El también fue sacado de la sala.

Con una novela de P. G. Wodehouse en el bolsillo para capear el aburrimiento, sacudió una copia de su libro La Guerra de Hitler, para el grupo de fotógrafos y equipos de televisión afuera de la corte. “Aprendí mucho durante los últimos 17 años”, les dijo a los periodistas. “He cambiado mis opiniones.” Pero a pesar de mirar positivamente el alto cielorraso de la sala, pronto se encontró a la defensiva frente a un juez particularmente duro, Peter Liebtreu. Y su reconocimiento de que había cambiado de parecer no fue suficiente para salvarlo. El jurado de ocho hombres tardó menos de dos horas para entregar un veredicto unánime que decía que el historiador revisionista británico debería ser encarcelado. El juez dictaminó que era más apropiado tres años que la sentencia máxima de 10.

Aun así fue un golpe para el pálido y cansado acusado. “¿Entiende su sentencia, Sr. Irving?”, le preguntó el juez. “No estoy muy seguro”, replicó. Los cargos surgen de dos conferencias dadas en Austria en noviembre de 1989. Irving dijo que las cámaras de gas en el campo de exterminio de Auschwitz no existieron, que Hitler tenía “una mano protectora sobre los judíos” y que el Holocausto era un mito. El interrogatorio duro del juez Liebtreu, a menudo burlón, obligó a Irving a abandonar algunas de sus declaraciones más controversiales. “¿Lo sigue creyendo?”, preguntó el juez. El acusado quedó en silencio durante un momento, y luego replicó: “Lamento esa formulación”. “¿Se retracta?”, persistió el juez. “La lamento”, replicó Irving.

El abogado defensor, Elmer Kresback, le dijo al jurado. “No es un hombre joven. Tiene una mujer enferma en su hogar y es un extranjero.” Irving, que ha estado en prisión desde su arresto el 11 de noviembre del año pasado, le dijo a la corte: “Tengo una hija de 12 años y grandes preocupaciones sobre el futuro”. El encarcelamiento en la prisión Josefstadt de Viena será un duro cambio en el estilo de vida de Irving, que se quejó recientemente de que su living en el barrio de Mayfair tenía por lo menos dos veces el tamaño del comedor donde 70 prisioneros comen todos los días.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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