¿Fue justicia? El juez español Santiago Pedraz archivó ayer la causa abierta en la Audiencia Nacional tras el asesinato en Bagdad, en abril de 2003, de un camarógrafo español, por el cual se había pedido la búsqueda y captura de tres militares estadounidenses, informó una fuente judicial. Según el auto del magistrado de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, en la muerte del camarógrafo José Couso, ocurrida el 8 de abril de 2003 durante un ataque de militares estadounidenses contra el Hotel Palestina de Bagdad, “no hay dolo sino un acto de guerra contra un enemigo aparente erróneamente identificado”.

Pedraz indicó que al tomar esta decisión “asume el criterio de superiores jerárquicos”, dejando claro que discrepa de la decisión de la sección segunda de la sala en lo penal que ordenó archivar la causa que investigaba la muerte de José Couso, camarógrafo del canal de televisión privado Telecinco. En octubre de 2005, este magistrado español lamentaba la “nula cooperación judicial de Estados Unidos” y reafirmaba una orden de busca y captura que había emitido semanas antes contra tres militares estadounidenses: el sargento Thomas Gibson, el capitán Philip Wolford y el teniente coronel Philip de Camp, sospechosos de estar involucrados en la muerte de José Couso.

De esa forma, Pedraz rechazaba un recurso interpuesto por la fiscalía de la Audiencia Nacional. En su pedido de arresto, Pedraz entendía que esos tres militares, pertenecientes a la compañía “A” (del 64º regimiento blindado, 4º batallón) del ejército estadounidense, pudieron cometer un “delito contra la comunidad internacional” y un “delito de asesinato” por los cuales podrían ser condenados a un máximo de 20 años de cárcel.

Pero este viernes, la sala segunda de lo penal declaró la “falta de jurisdicción”’ de la Justicia española para perseguir los hechos denunciados y dejó sin efecto la orden de busca y captura de los tres militares norteamericanos antes citados, estimando el recurso de la fiscalía que pedía el archivo de la causa.

El ataque con obús contra el Hotel Palestina causó también la muerte de un camarógrafo ucraniano de la agencia Reuters e hirió a dos periodistas y un técnico de ese medio de comunicación británico, y fue sólo el punto de largada de numerosas acusaciones de medios de prensa y organizaciones no gubernamentales que acusaron a los ocupantes norteamericanos de ser hostiles a la prensa y ofrecer una visión recortada de lo que estaba sucediendo en el teatro de los acontecimientos. De momento, sólo una conclusión es posible: el viejo imperio español no pudo torcerle el brazo al nuevo imperio americano.