Silvio Berlusconi protagonizó el sábado un escándalo al irrumpir en una reunión de los grandes empresarios y atacar a algunos de ellos por favorecer a la izquierda. Las encuestas en su contra crecen.
› Por Enric González *
Desde Roma
A 20 días de las elecciones parlamentarias y cuando la coalición de centroizquierda de Romano Prodi le lleva una ventaja de 5,3 puntos, Silvio Berlusconi protagonizó el sábado un insólito espectáculo en la asamblea de Confindustria, la organización que agrupa a los grandes empresarios italianos. El presidente del gobierno apareció por sorpresa, después de anunciar que no asistiría, y descargó un brutal ataque contra algunos de los principales dirigentes de Confindustria, a los que acusó de apoyar a la izquierda, de difundir el derrotismo con falsas informaciones económicas y, en algún caso, de “esconder muchos esqueletos en el armario”. Gran parte de los asistentes aplaudieron la furiosa arenga.
Berlusconi anunció el viernes que no podría viajar a Vicenza, la ciudad del norte donde se reunía Confindustria, a causa de una lumbalgia. Sí se presentó, como estaba previsto, el candidato de la oposición, Romano Prodi, quien desgranó su habitual mensaje de “cambio sereno” y prometió una reducción de los costos laborales para contribuir al relanzamiento económico. Obtuvo una acogida amable pero tibia. El sábado, pese al dolor de espalda, Il Cavaliere apareció en la asamblea empresarial y, rompiendo el programa de la jornada, subió al escenario en un estado de gran excitación y agresividad. “No podía dejar sin respuesta algunas cosas que Romano Prodi y otros han dicho aquí”, explicó, moviéndose de un lado a otro y con un tono de mítin incendiario. El moderador le advirtió que estaba vulnerando las reglas del acto, pero Berlusconi ni siquiera lo escuchó.
“¿Crisis? ¿Qué crisis? El estancamiento económico es un invento de la izquierda y de sus medios de comunicación, que hablan de declive para alcanzar el poder”, dijo, casi a los gritos. “Me asombra que haya empresarios dispuestos a apoyar a la izquierda; eso significa que han perdido la cabeza o que se han entregado a la izquierda y a Magistratura Democrática (asociación de jueces progresistas) en busca de protección, porque esconden muchos esqueletos en el armario”, dijo Berlusconi mirando a Della Valle de forma amenazante. Sus insultos se dirigieron de forma especial hacia Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Confindustria y de Fiat, y Diego della Valle, propietario de la industria de calzado Tod’s. Della Valle había osado enfrentarse a Berlusconi en un debate televisivo realizado semanas atrás y había criticado con severidad su gestión económica. Montezemolo, el empresario más popular del país, dijo en su discurso ante la asamblea que Italia necesitaba ser más competitiva y recuperar el crecimiento, que resultó nulo en 2005. Berlusconi, mirando a Montezemolo, respondió que no comprendía cómo un empresario, “obligado a ser optimista”, podía mostrar “tal derrotismo”.
Montezemolo prefirió no hacer comentarios. “El presidente del gobierno, como figura institucional, tiene derecho a decir lo que quiera; no creo que sea conveniente que yo añada nada más en estos momentos”, declaró el presidente de Confindustria, muy tenso, mientras abandonaba la sala. Poco antes se había ido Diego della Valle, a quien fue denegado el derecho de réplica. Un portavoz de Confindustria se limitó a recordar que los cuadros macroeconómicos de instituciones como la Unión Europea, el Fondo Monetario, la OCDE y el propio Banco de Italia reflejaban el estancamiento italiano.
Pero esto no acabó allí. Ayer, el vicepresidente de la Confindustria, Andrea Pirinfarina, calificó de “antidemocrática”, “antiliberal” y “ofensiva” la actitud del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, durante su intervención en un congreso organizado por los empresarios. Un portavoz de Magistratura Democrática calificó de “risibles” las acusaciones berlusconianas. Romano Prodi optó por la ironía: “Parece que he conseguido curar al presidente del gobierno de un dolor muy grave y en un solo día; después de esto, creo que merezco la victoria electoral. Yo seguiré haciendo mi campaña con tranquilidad, es Berlusconi quien está nervioso”. Una encuesta publicada ayer y realizada por Demos-Eurisko, señala que la coalición “Unión”, liderada por Romano Prodi, cuenta con una intención de voto del 52 por ciento, mientras que el centroderecha, encabezado por el primer ministro, Silvio Berlusconi, lograría el 46,7 por ciento de los sufragios.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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