Condoleezza Rice apoyó ayer la idea del primer ministro israelí de trazar las fronteras definitivas del Estado para 2010, mientras el Cuarteto (EE.UU., Rusia, UE y ONU) amenazaba a los palestinos con sanciones.
La presión sobre los palestinos aumentó significativamente ayer cuando Estados Unidos se negó a rechazar su apoyo a que Israel fijara unilateralmente sus fronteras y cuando el Cuarteto internacional amenazó efectivamente con un bloqueo económico a la Autoridad Palestina (AP). El Cuarteto, compuesto por Estados Unidos, la Unión Europea, la ONU y Rusia, expresó su “profunda preocupación” con respecto al gobierno palestino de Hamas –que fue elegido en enero y asumió esta semana–, ya que todavía no ha accedido a reconocer a Israel, renunciar a la violencia y cumplir todos los acuerdos previos entre la AP e Israel. Advirtió que si esto no cambia, “inevitablemente habrá un efecto sobre la asistencia directa a ese gobierno y a sus ministerios”.
Ha habido un considerable debate internacional –que continuaba ayer con las conversaciones entre dos altos funcionarios de la administración estadounidense y la nueva canciller israelí, Tzipi Livni– sobre cómo continuar el flujo de ayuda humanitaria sin canalizarla a través de los ministerios ahora controlados por Hamas. Sin embargo, la ONU y otras agencias que proveen ayuda han consistentemente argumentado que es imposible mantener a mediano y largo plazo los servicios médicos y educativos, entre otros, sin involucrar a la AP, y que las organizaciones no gubernamentales no están equipadas para hacerlo. En un hecho separado, a la zaga de las elecciones israelíes, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, hizo todo lo que pudo para evitar un rechazo a los planes del vencedor de las elecciones, Ehud Olmert, que plantean fijar unilateralmente fronteras “permanentes”, al tiempo que evacuarían alrededor de 70.000 de Cisjordania. Rice dijo en Berlín: “No diría, frente a lo que pasó, que no pensamos en absoluto que no hay algún valor en lo que los israelíes están planteando”. A pesar de haber sido expresada con mucha cautela, la declaración parecería dejar la puerta abierta no sólo a aceptar la retirada de los asentamientos, sino también a la intención de Olmert de terminar de fijar unilateralmente “fronteras permanentes” para 2010.
Rice fue cuidadosa al afirmar que Estados Unidos no ofrecerá su apoyo a iniciativas unilaterales hasta que conozca más sobre ellas. Si Estados Unidos llegara a reconocer este tipo de fronteras unilateralmente fijadas como las que sugiere Olmert, sería lo mismo que dar luz verde a la anexión permanente de hasta el diez por ciento del territorio ocupado después de la Guerra de los Seis Días en 1967. Iría en contra, tanto de la ley internacional como es determinada por la Corte Internacional de Justicia, como de la política de sucesivas administraciones estadounidenses que afirmaban que esas fronteras sólo podían ser determinadas a través de la negociación y del derecho internacional.
Olmert propuso que la frontera se extienda a lo largo de la barrera de separación de 720 kilómetros que, como está trazada actualmente, coloca hasta el 10 por ciento del territorio palestino en Cisjordania del lado israelí. Rice recordó ayer que Washington apoyó la decisión unilateral de Israel del año pasado de retirarse de la Franja de Gaza, y que Israel terminó coordinando la retirada con la AP. Pero, mientras que Gaza es la parte más pequeña de los territorios ocupados, Israel ha mantenido sus fronteras originales intactas. El único consuelo para los palestinos en los dos acontecimientos de ayer fue que el Cuarteto apoyó las recientes declaraciones de Mahmud Abbas, el presidente palestino que ha venido instando a Hamas a cumplir los acuerdos previos y que se ha comprometido a encontrar una salida pacífica al conflicto.
Ishmail Haniya, el nuevo primer ministro de Hamas, dijo el miércoles que aceptaría los resultados de las negociaciones entre Abbas e Israel que fueran “en el interés del pueblo palestino”. Pero las perspectivas de que este tipo de negociación se realice parecieron desvanecerse ayer debido a la presión diplomática y económica sobre la nueva AP. Mark Regev, el vocero del Ministerio del Exterior israelí, dijo que el tema de las fronteras y la desconexión no se discutió cuando Livni se reunió con el funcionario de la Casa Blanca, Elliot Abrams, y el vicesecretario de Estado, David Welch. Pero añadió: “Creo que mientras todos prefieren las negociaciones y la Hoja de Ruta, hay un creciente consenso dentro de la comunidad internacional de que, con Hamas a cargo de la Autoridad Palestina, se deben explorar alternativas.”
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