EL MUNDO › HABLA JOSE DIRCEU, EX EMINENCIA GRIS Y NUMERO 2 DE LULA
José Dirceu debió renunciar el año pasado como jefe de gabinete de Lula por los escándalos de corrupción. En entrevista exclusiva con Página/12, explica por qué cree que Lula sobrevivirá a la prueba.
“El gobierno de Lula tiene suficientes razones para pedirle al pueblo que lo reelija”, afirmó a Página/12 José Dirceu, ex jefe de gabinete del presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, y la primera víctima de las denuncias de corrupción. Dirceu debió renunciar a su cargo el año pasado, y fue desaforado –medida contra la cual lucha actualmente ante la Corte Suprema–. Abogado y consultor, fue presidente del Partido de los Trabajadores (PT) durante muchos años, y se dice inocente de las acusaciones. “No tienen pruebas ni contra mí, ni contra el PT”, repite.
–¿Cuáles fueron las acciones positivas del gobierno de Lula mientras usted estuvo al frente del gabinete?
–En primer lugar, el gobierno sacó a Brasil de una crisis grave de credibilidad, de riesgo de hiperinflación, de descontrol del dólar y de crisis energética. No es poco lo que hicimos. El país pagó gran parte de su deuda externa, tenemos superávit comercial y de cuentas corrientes, además de credibilidad e inversiones del exterior. Pero también hemos administrado la deuda interna, que es un problema grave en Brasil; hemos creado empleo –Lula va a finalizar creando cinco millones de trabajos en cuatro años–, y bajamos el precio de la canasta básica. Por otro lado, Lula apoyó fuertemente los cambios en la agricultura familiar. Buscamos un cambio importante en lo social, la salud, la educación, unido a un trabajo en la integración de Brasil con América del Sur y con la presencia de nuestro país en el mundo. El gobierno de Lula tiene suficientes razones para pedirle al pueblo que lo reelija.
–¿Cuáles considera que son las tareas pendientes?
–Hicimos la reforma tributaria del Poder Judicial y de la Seguridad Social, pero no hicimos la reforma política. Pagamos caro por eso. Otra cuestión pendiente es la reforma administrativa de la gestión pública. Las inversiones en infraestructura fueron importantes, pero habría que hacer más en las carreteras y en los puertos. Si bien empezamos la reforma tributaria, hay que avanzar en ella, ya que tenemos un impuesto que no está unificado en las provincias. El país necesita más desarrollo. Ya tenemos estabilidad, ahora es la hora del desarrollo.
–¿Cómo ve su futuro político luego del escándalo de corrupción?
–Yo no trabajo a corto plazo. Ahora estoy peleando contra la Corte Suprema para anular mi desafuero. Además, estoy trabajando como abogado y consultor, y haciendo política como siempre. Lo único que cambió es que no tengo mandato: no soy ministro, ni diputado, ni dirigente del PT. Pero estoy trabajando en la reelección de Lula, colaborando en lo que puedo. Creo que voy a ayudar mucho.
–¿Cómo ve las posibilidades de reelección de Lula?
–Con muchas chances reales, porque tiene más del 40 por ciento de la intención del voto, tiene el apoyo del PT y de partidos aliados como el PTB, entre otros. Lula tiene bases fuertes en las provincias, y un buen programa de continuidad para presentar al país. Si bien hay problemas, ya que enfrentamos una crisis de gobierno y una ofensiva muy fuerte de la oposición, hasta ahora no se probó nada contra el presidente, y por eso tiene apoyo popular.
–¿Lula le habló de luchar por una posible reelección el año pasado, cuando usted aún estaba en el gobierno?
–No, Lula no es de tomar decisiones anticipadas. Tampoco es un defensor de la reelección, siempre estuvo en contra de ella. Pero no tiene alternativa. Brasil necesita su gobierno, que fue bueno, ya que puede avanzar aún más en un segundo mandato.
–¿Hubiera preferido a José Serra como principal opositor del PSDB a Lula, en vez de Geraldo Alckmin?
–Esperábamos derrotar a los dos, ya que ambos son adversarios. El problema es que no son iguales. En la interna del PSDB ganó la derecha de Alckmin, el sector más neoliberal, que tiene políticas muy distintas a las nuestras. Ganó la continuidad del ex presidente Fernando Henrique Cardoso.
–¿Cree que la salida de Antonio Palocci del Ministerio de Hacienda va a afectar al gobierno?
–No creo que tenga consecuencias importantes, porque Lula tuvo una respuesta rápida. Sin embargo, la salida de Palocci es una pérdida grande para el presidente, para el gobierno y para todos nosotros, porque es un dirigente muy importante, más allá de las diferencias con su política económica. A pesar de que no se producirá un cambio radical, sí habrá una nueva inflexión, porque Guido Mantega tiene otra personalidad.
–¿Hubo una maniobra de la derecha para sacar a Palocci del gobierno?
–Sí, la derecha ya había dicho que lo iba a sacar para incriminar a Lula, y también dijeron que iban a incriminar al hijo de Lula para llegar a él. Todo el país sabe eso. Hay un centro político que busca impedir la reelección del presidente con el pretexto de combatir la corrupción. La oposición quiere acabar con la “caja 2” de financiación de campañas, pero no hace la reforma política, que efectivamente la puede erradicar.
–¿Esa táctica no le resta legitimidad a la derecha?
–La ciudadanía acabó por entender que el objetivo de la derecha no era la ética, sino sacar a Lula del gobierno. Se desenmascaró. Cuando llegó la hora de hacer justicia, de investigar a esos partidos, no lo permitieron. El electorado del PT está convencido de eso, y ahora aún más.
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