La huelga general convocada en el País Vasco y en Navarra por los sindicatos nacionalistas, en protesta por la reforma del sistema de prestaciones por desempleo decretada por el gobierno conservador de José María Aznar, provocó ayer la paralización parcial de la actividad económica e industrial e incidentes que finalizaron con numerosos detenidos. Los sindicatos ELA (de obediencia al PNV) y LAB (vinculado con el brazo político de ETA) se adelantaron a la huelga programada para hoy reivindicando el “marco vasco de relaciones laborales”. Las manifestaciones se producen en vísperas de la Cumbre de la Unión Europea (UE) en Sevilla, un acto con el que España finaliza su presidencia.
El día de ayer en el País Vasco y Navarra reprodujo de un modo fiel el mapa del nacionalismo. El paro, calificado por sus organizadores como un triunfo, resultó desigual: mayoritario en Guipúzcoa, importante en algunas zonas de Vizcaya y con relevancia menor en Alava y, sobre todo, Navarra. El seguimiento fue más importante en la industria que en el comercio y la hotelería, sectores en los que, como en el transporte, se dejó notar la actuación de los piquetes, que causaron diversos incidentes. Las acciones de los piqueteros causaron enfrentamientos con la policía, que concluyeron con al menos dos heridos y nueve detenidos, siete de ellos en la capital de Pamplona y los otros dos en el País Vasco.
De acuerdo con el líder de ELA, José Elorrieta, el paro tuvo “un éxito rotundo” mientras que el gobierno vasco, sin ofrecer porcentajes globales, consideró la participación “muy importante” en Guipúzcoa, desigual en Vizcaya y menor en Alava. La doble jornada de paro en el País Vasco y Navarra se entiende solamente ligada con la trayectoria política de los sindicatos nacionalistas. ELA, la central mayoritaria, ha jugado un papel clave en los últimos años. Por un lado, declaró la muerte del Estatuto de Guernika en octubre de 1997, y por otra propició el acuerdo de Lizarra en setiembre de 1998. Junto a ELA se encuentra LAB, el sindicato de Batasuna, con el que hasta hace dos años mantenían una unidad de acción. A los dos sindicatos los separa actualmente la condena del terrorismo de ETA y la estrategia en la negociación colectiva. Pero la falta de unidad de acción no impide que los dos se den la mano cuando hay que reivindicar un marco vasco propio de relaciones laborales en momentos puntuales. ELA busca llevar su hegemonía sindical hasta las últimas consecuencias. Así, su secretario general, José Elorrieta, ha señalado en los últimos días que la huelga tiene tres motivos: el decretazo, el marco vasco de relaciones laborales y el sindicalismo español excluyente.