José Luis Rodríguez Zapatero tuvo fiesta por dos. Aprovechando el festejo de sus dos años de gobierno, lanzó la campaña de su partido para las elecciones municipales, autonómicas y las generales de 2007 y 2008. El jefe de gobierno español, junto a todos sus ministros y las principales figuras partidarias, repasó los logros de su administración, desde la retirada de tropas de Irak, pasando por la ley de matrimonios gay, hasta el anuncio de cese de fuego de la organización vasca ETA.

Zapatero recalcó en su discurso que en el país “cabe todo el mundo. Todas las ideas, salvo una cosa: la violencia”. La declaración se refería al incendio que en la madrugada del sábado destruyó una ferretería en la localidad de Barañain, propiedad de un concejal de un partido aliado del Partido Popular (PP) en esa región. “Hacer la paz exige tanto valentía como prudencia. Tanto firmeza como generosidad. Tanto unidad como lealtad y exige también honrar la memoria de las víctimas del terrorismo”, afirmó Zapatero, cuyo proceso de paz fue criticado por algunas organizaciones de víctimas de ETA.

Ante unas 20 mil personas –según estimaron los organizadores–, Zapatero auguró una victoria para las próximas elecciones. “Un equipo español va a ganar la Champion y un Partido Socialista Obrero y Español ganará las municipales, las autonómicas y las generales”, se animó a pronosticar un jefe de gobierno optimista, que descartó que en un eventual gobierno del PP dé marcha atrás con los cambios conseguidos por su administración. “No derogarán los estatutos de autonomía de nueva generación, ni la ley que reconoce el matrimonio entre homosexuales, ni la ley de igualdad, ni devolverán la estatua de Franco a su pedestal”, aseguró Zapatero.

En su discurso, no dudó en atacar a la derecha a la que acusó de tener al país “siempre en lista de espera”, incluyendo la decisión de su predecesor, José María Aznar, de enviar 1400 soldados a Irak. “Nunca volverán a llevar a los soldados a donde no quieran los ciudadanos,” afirmó el dirigente socialista, recordando la medida que sepultó al PP y le aseguró la victoria dos años atrás.