EL MUNDO › ALAN GARCIA ES EL INMINENTE RIVAL DE OLLANTA HUMALA
El ex presidente socialdemócrata comenzó la otra campaña, confiado en que no se modificará la mínima ventaja que sacó sobre Flores. La candidata pide que se cuente hasta el último voto.
› Por Carlos Noriega
Desde Lima
El largo suspenso por saber quién competirá contra el comandante Ollanta Humala en la segunda vuelta –que se prevé para el 28 de mayo– de las elecciones presidenciales peruanas llega a su fin. A dos semanas de realizadas las elecciones, el lento conteo de votos todavía no permite tener resultados oficiales, pero cuando se ha contabilizado más del 97 por ciento de los votos ya parece un hecho consumado que será el ex presidente socialdemócrata Alan García (1985-1990) quien finalmente compita contra Humala, el ganador de la primera vuelta con el 31 por ciento, por la presidencia del Perú.
A pesar de que las cifras evidencian una realidad prácticamente irreversible a favor de García, la candidata de la derecha, Lourdes Flores, se negaba a reconocer su derrota, lo que ha retrasado la oficialización de los dos contendores del ballottage. Al momento del envío de esta nota, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), que ha sido muy cuestionada por la lentitud en el conteo de los sufragios, dio resultados al 97,66 por ciento, los que le dan a García el 24,33 por ciento contra el 23,64 por ciento de Flores, lo que significa una diferencia a favor del ex presidente de 83.154 votos. Faltando contabilizar aproximadamente unos 300 mil votos, resulta prácticamente imposible que las cosas cambien, pero Flores insiste en prolongar su agonía y se resiste a reconocer la realidad de su derrota “hasta que se cuente el último voto”.
Voceros de Unidad Nacional (UN), el frente de derecha que lanzó la candidatura de Flores, insistían hasta ayer en aferrarse a las actas observadas para justificar su negativa a aceptar la realidad de las cifras que anuncian su derrota. Sin embargo, el presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Enrique Mendoza, aclaró que las actas que todavía tienen alguna observación representan solamente el 0,13 por ciento del total de votos, por lo que su contabilización no cambiaría el resultado electoral. Ante el peso de las cifras que le son adversas, el candidato a la vicepresidencia en la fórmula de Flores, el empresario Arturo Woodman, admitió ayer que “es difícil que las diferencias (entre García y Flores) se acorten, las cosas están llegando a su final, pero hay que esperar”. Esto ha sido lo más cerca a una admisión de derrota que ha estado un miembro de UN.
Mientras en UN se preparan para digerir la derrota, Alan García, a pesar de que ha insistido en que esperará hasta los resultados oficiales antes de proclamar su triunfo sobre Flores por pasar al ballottage, ya ha comenzado a trabajar para la segunda vuelta. Todavía no hay nada oficial, pero en el ambiente ya se ha comenzado a vivir un clima de campaña que enfrenta a Humala y a García. En los últimos días, García viajó a Puno, en el altiplano fronterizo con Bolivia, que votó abrumadoramente por Humala, para buscar votos para la segunda vuelta en una de las plazas más fuertes de su rival por la presidencia. Humala respondió viajando al norte del país, un bastión histórico del APRA, el partido de García.
Cada uno de los dos candidatos por la presidencia en la segunda vuelta han comenzado sus campañas en terreno rival, intentando robar votos a su adversario en aquellos lugares donde cada uno de ellos es más fuerte. García no ha perdido tiempo en presionar a Humala para que se comprometa a un debate. Humala ha declarado que le da lo mismo competir con García o con Flores, “porque los dos son rivales difíciles”, pero trascendió que el ex comandante ve a García como un rival más difícil de derrotar, por ser el candidato del partido más organizado del país y tener una aceptaciónbastante mayor que Flores en los sectores populares y provincianos, que es donde Humala cosecha su apoyo. García descartó una alianza con UN, que se venía voceando en los últimos días, para que le endose los votos de Flores. En el APRA consideran que un pacto con la derecha alejaría a García de sus votantes de los sectores populares y podría terminar restando más que sumando. Pero, sin necesidad de un pacto político, la realidad indica una transferencia anunciada de la mayor parte de los votos de Flores hacia García, motivada por el miedo que genera Humala en los sectores medios y altos que apoyaron a la candidata de la derecha. Para Humala, el gran reto de la segunda vuelta será vencer ese pacto implícito –o no tan implícito– de todos contra él.
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