Por R. Fernández y S. Pozzi *
Desde Moscú y Nueva York

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ruso, Vladimir Putin, cerraron la cumbre celebrada en la ciudad siberiana de Tomsk con un llamamiento a Irán para que cumpla sus obligaciones nucleares internacionales. Hoy vence el plazo dado por el Consejo de Seguridad de la ONU para que Teherán suspenda sus labores de enriquecimiento de uranio y responda a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) sobre sus actividades atómicas.

Alemania, junto con Francia y Gran Bretaña, apoyan a Estados Unidos, que es partidario de tomar medidas contra Irán si éste no cumple lo exigido por la ONU y la AIEA. La labor de Merkel en este viaje era difícil y consistía en convencer al Kremlin de que si Teherán no cesa de enriquecer uranio, no vete las medidas que quiere imponer Occidente. Rusia, sin embargo, que construye la primera central nuclear iraní, se opone a imponer sanciones contra Teherán. Esta posición es compartida por China, que necesita del petróleo iraní para su desarrollo acelerado. El mismo Irán asegura que su programa es estrictamente pacífico y que sólo persigue generar electricidad y no armas atómicas.

“Es todavía demasiado pronto para adelantarnos y decir qué decisión podemos tomar juntos”, si Irán continúa en su línea y no cumple las exigencias de la ONU, dijo ayer Putin, que junto con Merkel instaron a Teherán a cesar el enriquecimiento de uranio. “Lo importante es que cualquiera sea esa decisión, sea tomada por consenso”, agregó Putin. Al mismo tiempo, el líder ruso insistió en que se debe dar a Irán la oportunidad de “desarrollar tecnologías modernas y energía nuclear pacíficas”. Merkel, por su parte, señaló: “Estamos muy interesados en trabajar juntos y mostrar a Irán que deseamos usar métodos diplomáticos. Pero es necesario que cumpla los acuerdos a los que se ha comprometido”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.