El gobierno iraní dejó pasar el ultimátum de la ONU e insinuó que sí construirá armas nucleares. Pedidos de sanciones mundiales.
› Por Anne Penketh *
El director de la Agencia Nuclear Internacional acusó ayer a Irán de acelerar su controvertido programa desafiando las exigencias de la ONU, lo que causó pedidos de Gran Bretaña y Estados Unidos para que aumente la presión diplomática para evitar que la República Islámica fabrique una bomba. Mohamed El Baradei, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), dio a conocer un informe con la conclusión de que Irán había ignorado la fecha límite dada hace un mes por el Consejo de Seguridad de la ONU para que sus científicos detuvieran el enriquecimiento de uranio. Ese es el paso clave en el proceso nuclear que produce combustible que puede usarse en plantas de energía nuclear o en armas. Por su parte, el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad amenazó con “cambiar totalmente la forma de cooperar” con la AIEA, al tiempo que aseguró que su país “se convertirá pronto en una superpotencia mundial”. “A los iraníes les importa un comino las resoluciones del Consejo de Seguridad”, sentenció.
“Después de más de tres años de trabajo de la agencia por lograr transparencia sobre aspectos del programa nuclear de Irán, las lagunas existentes en nuestro conocimiento continúan siendo motivo de preocupación”. decía el informe de El Baradei. En el escrito de ocho páginas, decía que por la falta total de cooperación por parte de Irán la agencia no puede garantizar que el programa nuclear de la República Islámica sea solamente pacífico, como lo declaró el gobierno iraní. La AIEA “no pudo progresar en sus esfuerzos por brindar seguridad sobre la ausencia de material nuclear y las actividades no declaradas de Irán”. Pero El Baradei citó una carta de Irán en la que ofrecía “resolver los temas pendientes más importantes, de acuerdo con las leyes y normas internacionales, y proveer un calendario con respecto a esto, dentro de las próximas tres semanas”.
Los iraníes, cuyo gobierno es públicamente desafiante ante la ONU, informaron a El Baradei que permanecían “totalmente comprometidos” con sus obligaciones bajo el Tratado Nuclear de No Proliferación (TNP), y que estaban cooperando con la AIEA. Pero su carta agregaba que el momento y el acceso continuo de los inspectores a los sitios nucleares declarados estaban condicionados a que el dossier nuclear de Irán permaneciera en la AIEA, en un aparente intento por evitar la acción del Consejo de Seguridad.
El presidente George W. Bush, cuya administración pide sanciones contra Irán e incluso ya insinuó una posible acción militar para evitar que Irán obtenga armas nucleares, señaló que estaba buscando un resultado pacífico. “Es muy importante que los iraníes comprendan que hay un deseo común por parte de muchas naciones de convencerlos, convencerlos pacíficamente, que deben abandonar sus ambiciones armamentistas”, dijo. Jack Straw, el canciller británico, dijo que Gran Bretaña le pediría al Consejo de Seguridad “que aumente la presión sobre Irán para que la comunidad internacional pueda estar segura de que su programa nuclear no es una amenaza a la paz y la seguridad”.
En Nueva York, el embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Bolton, y el embajador británico, Emyr Jones Parry, dijeron que introducirían un borrador con una resolución la semana que viene, instruyendo a Irán a que cese el enriquecimiento de uranio legalmente vinculante bajo el Capítulo VII del estatuto de la ONU. Pero la resolución inicial no amenazará con sanciones o insinuará el uso de la fuerza militar. En cambio, las directivas de la Junta de Gobernantes de la AIEA, de 35 miembros, y la declaración del Consejo de marzo se sumarán a una resolución que podría también declarar que el programa nuclear de Irán es una amenaza para “la paz y la seguridad internacional”, dijo Bolton.
A Irán le darán un tiempo relativamente corto para cumplir, después del cual las potencias occidentales considerarían imponer sanciones contraciertos individuos y posiblemente restricciones al comercio, añadió Bolton. “Tienen que cumplir o el Consejo de Seguridad está preparado para dar otros pasos”, dijo. Pero Rusia y China, que también tienen poder de veto en el Consejo, expresaron su oposición a la resolución del Capítulo VII a la luz de la experiencia de Irak. El embajador de China en la ONU, Wang Guangya, nuevamente dejó en claro que Pekín se opone a las sanciones y que tiene dudas sobre cualquier resolución bajo el Capítulo VII.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux