Lun 24.06.2002

EL MUNDO  › EUROPA GIRA HACIA ATRAS

“Necesitamos la inmigración, pero no queremos más ilegales en Europa”

El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, explica por qué el Viejo Continente apunta ahora a los inmigrantes.

Por Bosco Esteruelas
Desde Bruselas

Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, dijo a este diario que “la UE debe apoyar la inmigración legal porque la necesita”.
–Hay consenso en la UE para poner en marcha un plan contra la inmigración ilegal, pero algunos gobiernos temen que se vaya demasiado lejos. La presidencia española sugiere introducir una cláusula de suspensión en los acuerdos de cooperación con terceros países que no colaboren. ¿No hay peligro de penalizarlos demasiado?
–Se alcanzó un acuerdo en línea con la propuesta de la presidencia, que busca ante todo la regulación, poner orden, disciplinar la inmigración ilegal, construir esquemas de referencia para el control común de países desde los que parte la inmigración clandestina. No es inicuo que exista un tratamiento diferente en el futuro para los países que no cooperen en la lucha contra la inmigración ilegal.
–Entonces, está de acuerdo con el canciller español, Josep Piqué, cuando dice que los que incumplan deben pagar.
–Estoy perfectamente de acuerdo con el principio, lo que no significa que haya que retirar programas de ayuda ni dar un trato discriminatorio. Me parece legítimo condicionar programas futuros de ayuda específica a una política activa en el control de la inmigración. Pero todo ello debe ir acompañado de medidas de protección de la inmigración legal. Este es el punto fundamental. Los inmigrantes deben estar asistidos y protegidos porque forman parte de nuestro sistema económico, político y social. Pero con los clandestinos no se debe proceder de igual modo.
–¿Y cómo atenuar el clima de sospecha que hoy se respira con los inmigrantes extranjeros?
–Se debe estar muy atentos ante ese problema y hacer entender, con una política de apertura de cooperación y ayuda activa a la inmigración legal, que la UE quiere recibir inmigrantes extranjeros porque los necesita.
–Francia y Suecia insisten en que es un error vincular la ayuda a terceros países con cláusulas de amenaza si no cooperan en el control del flujo de clandestinos.
–La propuesta de la presidencia habla de futuro y no de pasado. Se trata de supeditar un comportamiento positivo en el futuro condicionado a los acuerdos sobre la inmigración ilegal. La propuesta no habla de vincularla con el desarrollo sino de respetar los pactos libremente suscriptos sobre inmigración ilegal con los medios necesarios para hacerlos respetar.
–¿Qué es lo más importante en esa nueva política que la UE comenzó a transitar en Sevilla?
–El inicio de una cooperación común, darse cuenta de que es un problema multinacional, de todos, y que hay que unificar las reglas, los procedimientos y modos de operación de las autoridades de frontera.
–¿La inmigración es el reto más importante de la UE?
–La inmigración es una de las preocupaciones mayores de la UE si no se afronta con sensatez y si queremos evitar tensiones sociales en nuestras grandes ciudades.
–¿Hay peligro de que Europa se vuelva menos generosa?
–Tal vez. De ahí la necesidad de una política positiva y clara en favor de la inmigración legal y de los refugiados. Pero es evidente que no se puede poner en un mismo lugar al médico afgano que se refugia en nuestro país y aquel que llega para ganar más. Debemos tener una política distinta para los refugiados. El problema no es si somos o no menos generosos. Los valores europeos de libertad, democracia, tolerancia y solidaridad deben ser estar en la base del modelo europeo, pero todos tenemos un problema de solidaridad y todos debemos ser responsables.
–El canciller británico, Jack Straw, dice que hay montones de infundadas solicitudes de asilo político en Europa y que hay que poner freno a todo ello.
–No quiero juzgar esas manifestaciones. Lo único que digo es que la política de asilo debe aplicarse a quienes tienen problemas serios de persecución política y no a los que buscan mejorar su calidad de vida. Estos entran en la categoría de inmigrantes legales.
–¿Es factible la creación en breve de una policía común de fronteras?
–Es una cuestión que defiende firmemente la Comisión Europea. No se ha logrado un acuerdo en Sevilla. Está claro que la introducción de tal cuerpo no se producirá de la noche a la mañana.
–Los Quince admiten que los países de la ampliación tienen derecho a recibir ayudas directas para sus agricultores, pero el jefe de gobierno alemán, Gerhard Schroeder, dice que no hay más dinero.
–La propuesta presentada por la Comisión sobre las ayudas es seria y equilibrada con el fin de poner todo el dinero disponible, ni un euro más ni un euro menos. Contempla con sensatez una progresión escalonada de tales ayudas en diez años y que el trato sea idéntico para todos esos países. Es una propuesta generosa. ¡Claro que no se sentirán contentos países en donde sus ministros de Agricultura prometieron a sus agricultores que recibirían todo el dinero de inmediato!
–¿Hay motivos para preocuparse y que llegue diciembre sin haberse cerrado las negociaciones?
–En política se buscan soluciones sensatas y equilibradas, y ésta lo es. Por eso soy optimista de que al final será aceptada por todos.
–¿Cree oportuna la idea de Francia, Reino Unido y España de crear la figura de un presidente del Consejo y que recaiga en manos de un ex primer ministro?
–Lo que sí me parece importante es establecer presidencias de la UE más largas que las de ahora.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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