EL MUNDO › SEGUN LULA DA SILVA, SU PAIS SERA LA MAYOR POTENCIA ENERGETICA DEL PLANETA
En momentos en que el canciller brasileño visitaba La Paz y bajaba el tono a la polémica bilateral, el mandatario Lula dijo que en 2008 su país no dependerá más del gas boliviano.
› Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz
La visita del canciller brasileño, Celso Amorim, a La Paz –decidida en la cumbre de Viena y considerada un intento de “sana-sana” por la prensa local– coincidió con declaraciones del presidente Luiz Inácio Lula da Silva indicando que en 2008 el gigante sudamericano dejará de depender del gas boliviano. Ese abastecimiento hoy resulta decisivo para la matriz energética brasileña, y la nacionalización de los hidrocarburos decretada por el presidente indígena el pasado 1º de mayo, que incluyó la ocupación militar de Petrobras, encendió todas las alarmas en el Planalto: desde ese día, considerado “humillante” por la prensa conservadora brasileña, en Brasilia comenzaron a hablar de “independizarse” del hasta ahora débil vecino que hoy tiene en sus manos la canilla que abastece a la poderosa industria paulista del vital energético.
El mandatario brasileño afirmó que la provisión será garantizada con la puesta en funcionamiento de centrales termoeléctricas movidas con alcohol. “Brasil será la mayor potencia energética del planeta. No sólo porque Petrobras alcanzó la autosuficiencia (en la producción de petróleo), sino también porque Brasil es el país que posee la mayor tecnología en la producción de alcohol y se adelantó en la producción de biodiésel”, continuó el ex obrero metalúrgico, llamado alguna vez “hermano mayor” por Evo Morales. Indicó que en algunos años su país podrá cambiar la matriz energética mundial y calificó como una “extraordinaria revolución” el Plan de Disminución de Dependencia Energética anunciado por el Consejo Nacional de Política Energética, que se basa en tres resoluciones. La más importante es la creación de un nuevo diésel mediante la incorporación de aceite extraído de semillas oleaginosas en una de las etapas de refinación del petróleo, lo cual permitiría matar dos pájaros de un tiro: mejorar la independencia energética del país y aumentar los ingresos de la agroindustria local. “La extracción de biodiésel (de las oleaginosas) permitirá que tengamos un aumento de productividad en el campo y será una garantía efectiva de tranquilidad para los productores de esas semillas”, agregó. Se estima que para la producción del nuevo diésel, llamado H-Bio, se utilizará más de un millón de toneladas de soja. El plan incluye, además, la decisión de producir a partir de 2008 la misma cantidad de gas que actualmente se importa de Bolivia y la sustitución del gas por alcohol en las termoeléctricas.
Al llegar a La Paz, anteayer, Amorim dijo a la prensa que “Brasil y Bolivia estuvieron de espaldas uno al otro durante muchos siglos. Se aproximaron en la última década y es natural que surjan problemas, pero queremos resolverlos por medio de la negociación amigable, con respeto a los intereses de todos los involucrados”. La visita del canciller brasileño coincidió con el desembarco en La Paz de un centenar de venezolanos que conforman la avanzada chavista que debe ajustar los detalles de la visita del presidente Hugo Chávez este viernes. El mandatario bolivariano estará en la región cocalera del Chapare, donde firmará una serie de convenios de cooperación que pondrán nuevos ladrillos en la construcción del ALBA, ya firmada por Bolivia, Cuba y Venezuela. De hecho, varias fuentes hablaron días atrás del malestar de Amorim por la creciente influencia venezolana en la administración nacionalista boliviana.
Diplomático al fin, el brasileño sabe que para empezar a limar asperezas es mejor no comenzar por los puntos más espinosos. “Fue una charla muy amigable, en la que se trató de construir avenidas anchas en las relaciones, que no pasen solamente por los hidrocarburos, como la cooperación técnica e institucional, en el tema migratorio, los precios del gas quedaron en manos de una comisión”, le dijo a Página/12 un funcionario boliviano que mantuvo su identidad en reserva. “Yo no soy técnico”, dijo Amorim ante preguntas de la prensa sobre la definición de los precios de exportación del gas.
Y hablando de avenidas, la cuestión migratoria es de doble vía: los migrantes bolivianos pobres que viven en Brasil y los ricos propietarios de tierra brasileños afincados –en muchos casos de manera ilegal– en las regiones de frontera del oriente boliviano. Algunos ya recibieron notificaciones de desalojo.
En medio de la creciente tensión bilateral por la nacionalización, analistas y medios de difusión masiva como El Juguete Rabioso desempolvaron el concepto de “subimperialismo” para referirse a la influencia de Brasil que, en gran medida, consideró siempre a Bolivia como su propio “patrio trasero”. También George W. Bush metió ayer la cuchara y se declaró “preocupado” por lo que consideró una “erosión de la democracia” en países de América latina como Venezuela o Bolivia. En respuesta a una pregunta sobre la situación de la democracia en esos dos países, el estadounidense indicó que “el respeto a los derechos humanos y al derecho a la propiedad son imprescindibles para que en cualquier país haya paz y prosperidad”.
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