Si el primer ministro israelí, Ehud Olmert, ya aseguró que los grandes bloques de asentamientos en la Cisjordania ocupada –Maale Adumim, Ariel y Gush Etzión– nunca serán devueltos, uno de sus diputados y colaborador, Otniel Schneller, añadió que la colonia que habitan 500 colonos radicales en el centro de Hebrón, rodeados de 170.000 palestinos, tampoco será evacuada. “Esperamos al Mesías”, “Muerte a los árabes”, se lee en las puertas de comercios palestinos cerrados desde hace cinco años en una zona plagada de controles militares y algunos observadores europeos. “Buscaremos fórmulas creativas”, dijo Schneller, ex secretario general en los años ochenta del radical Consejo Yesha, que agrupa a los colonos de Cisjordania. Es la primera vez que un dirigente alude a que el asentamiento del centro de Hebrón y el muy cercano de Kiryat Arba, al que se uniría territorialmente el primero, permanecerán en manos de Israel.

El domingo pasado –cuando Olmert partía a Washington para reunirse con Bush, del que luego obtendría un tibio apoyo a su propuesta de fijar los límites de su país de modo unilateral si fracasan las negociaciones con Abbas– ya había anunciado el ministro de Defensa, Amir Peretz, que cuatro colonias serán ampliadas.