Lun 29.05.2006

EL MUNDO

Un escenario reñido en Perú, con Humala y García en empate técnico

A una semana del ballottage, la distancia se estrecha en cuatro puntos –según la última encuesta– entre el ex presidente socialdemócrata Alan García y el ex militar nacionalista Ollanta Humala. Aquí, la visión de analistas locales.

› Por Carlos Noriega
Desde Lima

A una semana de las elecciones, la distancia que separa a los candidatos a la presidencia del Perú se ha estrechado significativamente y lo que parecía una victoria casi segura del ex presidente Alan García (1985-90) ha entrado en el terreno de la incertidumbre. Según un sondeo a nivel nacional de Apoyo, publicado ayer –último día permitido para la difusión de encuestas– García, del socialdemócrata partido aprista, aventaja al ex comandante nacionalista Ollanta Humala apenas por cuatro puntos. Este resultado revela un sorprendente emparejamiento entre ambos candidatos, luego que días antes otras encuestadoras le habían dado al ex presidente una ventaja de hasta 20 puntos. De acuerdo al sondeo, García obtiene un 52 por ciento del voto válido, mientras Humala el 48 por ciento, lo que significa un empate técnico. Un resultado que evidencia un dramático descenso de García, que ha visto diluirse el amplio favoritismo que tenía, y marca una resurrección de Humala a una semana de las elecciones.

Consultado por Página/12, el analista político Alberto Adrianzén señala que “ya no se puede hablar de un favorito; nos enfrentamos a un resultado que será muy reñido. No debemos olvidar que en la primera vuelta todas las encuestadoras le dieron a Humala entre 3 y 4 puntos menos de los que obtuvo. La campaña mediática contra Humala ha sido muy fuerte y creo que hay un voto escondido a favor de él. Además, las encuestadoras no llegan a las zonas rurales más alejadas, donde se presume que el apoyo a Humala es mayor”. Por su parte, Luis Benavente, director del Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima, afirma que “la encuesta de Apoyo confirma una clara tendencia a la baja de García y si eso se mantiene es muy probable que Humala sea el triunfador”. En opinión de Adrianzén, la caída de García se debe “en gran parte por el retorno de los fantasmas de su gobierno”. “Esta es una campaña que se está moviendo alrededor de miedos –agrega– y al miedo por lo que podría ocurrir en un gobierno de Humala, ahora ha comenzado a aparecer el miedo a García y lo que fue su gobierno.” El gobierno de García terminó el año ’90 en medio de graves acusaciones de corrupción y de violaciones a los derechos humanos, y dejó al país con una hiperinflación de más de siete mil por ciento al año y un terrorismo en alza.

Para Adrianzén, el apoyo que recibió del ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), es otro factor que explicaría la caída de García. “Ese apoyo de Fujimori puede ayudar a García a consolidar el soporte de los fujimoristas –cerca de un millón de votos– que en buena parte ya lo tenía, pero crea sospechas de un posible entendimiento para la impunidad de Fujimori, y en este juego de miedos hay muchos que le tienen más miedo a Fujimori que a Humala. Por eso creo que el apoyo de “el Chino” es un factor que ha terminado perjudicando a García”, señala Adrianzén. Humala ha denunciado la existencia de un pacto de impunidad entre Fujimori y García, y también ha acusado a su rival de ser “el candidato de Montesinos (ex brazo derecho de Fujimori)”. El encarcelado ex asesor de Fujimori acusó hace una semana a Humala de haberlo ayudado a fugar del país el año 2000. García ha negado cualquier pacto con Fujimori y Montesinos, pero la duda ha quedado instalada, y podría acentuarse con la revelación hecha ayer domingo de un comprometedor diálogo entre el congresista Luis Gonzales Posada, un estrecho colaborador de García, y uno de los operadores de Montesinos.

Todas las encuestas coinciden en que la principal fuerza de García está en Lima –59 por ciento, según Apoyo– y en las ciudades más grandes de la costa, mientras Humala tiene su principal bastión en las empobrecidas regiones del sur andino –65 por ciento de acuerdo a Apoyo– y en otras zonas del interior, como la sierra central y la selva. “Esto revela una fracturación geográfica y social del país que es muy peligrosa, porque después de las elecciones el país quedará dividido en dos. Nos enfrentamos a un país dividido y miedoso, y eso ha creado un ambiente muy crispado”, advierte Adrianzén. En un ambiente de tensión y polarización, y en medio de rumores de actos de violencia por parte de los humalistas si pierden las elecciones, algo que Humala ha descartado y atribuido a una campaña de descalificación en su contra, la carrera electoral ingresó en su última semana. El jueves ambos candidatos cerrarán sus campañas.

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