EL MUNDO › CONTINUA LA AMENAZA DE PARO DE LOS ESTUDIANTES
La presidenta chilena prometió reformas a mediano plazo, pero no accedió a las demandas más urgentes de los estudiantes, como el boleto escolar gratuito. Los universitarios apoyan el reclamo.
Michelle Bachelet salió ayer a intentar calmar los ánimos de los 600.000 “pingüinos” que han puesto a Chile patas para arriba esta semana. Pero es poco probable que la oferta de la presidenta chilena logre convencer a los estudiantes secundarios que piden reformas educativas profundas, además de gratuidad en el transporte escolar, el pase escolar y la prueba universitaria. En su discurso, Bachelet hizo más hincapié en las medidas de largo plazo, como la reforma de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) y mejoras en la infraestructura, que en las de corto plazo. El ítem más controvertido, la gratuidad en el trasporte, fue rechazado por el gobierno. “Es mucho dinero”, afirmó Bachelet. Si bien ayer continuaron las manifestaciones en todo el país, no tuvieron la misma magnitud que en días anteriores. La jornada dejó un saldo de 80 detenidos. Además, apoyan la protesta universitarios y profesores.
“Es un esfuerzo macizo pero realista (...) porque yo no hago promesas que después no puedo cumplir”, dijo Bachelet en un mensaje a la nación trasmitido por radio y televisión. A continuación anunció mejoras en la infraestructura, aumento de raciones alimenticias y becas para la prueba universitaria para todo joven que lo necesite –lo que no significa gratuidad, que es lo que pedían los estudiantes–. Además, indicó que el pase escolar se entregará sin costo y podrá ser usado todos los días. En lo que respecta a la LOCE, Bachelet anunció que en julio enviará al Congreso un proyecto de reforma constitucional para dicha ley, “que propone algo esencial, el derecho de todo ciudadano a una educación de calidad (...) El Estado pasará a ser un verdadero garante de la calidad de la educación subvencionada, pública y privada” (ver aparte). “Otros puntos importantes que tocó en su mensaje son el mantenimiento de la descentralización y la creación de una superintendencia de Educación. Por último, llamó a los estudiantes a seguir participando en el debate que ellos mismos instalaron en la sociedad y expresó su deseo de que los alumnos compartan “el orgullo por la educación chilena”.
Sin embargo, el ítem en discusión más controvertido, el transporte escolar gratuito, no fue concedido. Antes del discurso de Bachelet, las negociaciones entre estudiantes y gobierno habían llegado a un punto muerto justamente por este reclamo. “Nosotros encontramos que, cuando un estudiante es vulnerable, es pobre y no se puede movilizar, el Estado se debe hacer cargo, porque no puede asistir a clases por no tener plata para viajar”, afirmó Karina Delfino, una de las voceras estudiantiles. Sin embargo, el ministro de Educación, Martín Zilic, afirmó que la demanda de boleto escolar gratis implica sumas “descabelladas” para el gobierno chileno. “El trasporte gratis sólo en Santiago (para los escolares) cuesta 500 mil dólares por día, es decir, más de 180 millones de dólares anuales”, dijo en declaraciones a Radio Duna. La misma justificación fue repetida, como era de esperarse, por Bachelet, y amenaza con ser uno de los fundamentos principales para cumplir el ultimátum que lanzaron el miércoles los estudiantes: un paro social a nivel nacional el próximo lunes. Lo que aún no está claro es qué magnitud tendría esa medida, sobre todo porque aún está en duda la participación de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Los estudiantes secundarios se hicieron sin embargo más fuertes ayer al sumar el apoyo de universitarios y profesores para ese supuesto paro. Estos grupos ampliaron así el movimiento de protesta que iniciaron los escolares a principios de mayo, pero que transcurrido un mes ha crecido como una verdadera bola de nieve, empañando los primeros 80 días de gobierno de la presidenta socialista, que asumió el 11 de marzo. Los universitarios decidieron unirse al movimiento porque “el conflicto de los secundarios derivó en temas estructurales de toda la educación chilena”, dijo el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Nicolás Grau. “Nosotros estamos dispuestos a dar todo el apoyo posible, respetando su autonomía, pero ahora que han emergido los temas de fondo hemos resuelto apoyarlos con más fuerza”, agregó eldirigente. Hoy los estudiantes deberán dar respuesta a las ofertas del gobierno. Los “pingüinos” dirán cómo sigue la historia.
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