Jue 27.06.2002

EL MUNDO

Los palestinos dividen a los primos transatlánticos

Lo había anticipado y lo cumplió: el premier británico Tony Blair rechazó el plan de Bush para Medio Oriente en lo que tiene que ver con el reemplazo de Yasser Arafat al frente de los palestinos. El resto del G-8 adoptó la misma postura.

Por Larry Elliott
y Suzanne Goldenberg *
Desde Calgary y Jerusalén
El premier británico Tony Blair tuvo ayer su primera pelea pública con George Bush cuando Blair se mantuvo en sus trece en la cumbre del G-8 en Canadá y se negó a apoyar el pedido del presidente de remover a Yasser Arafat como el líder palestino. En una reunión no programada a las 7 de la mañana con Bush, en el gimnasio del remoto lugar de descanso de Kananaskis, Blair insistió en forma clara en que era asunto de los palestinos elegir a sus propios líderes.
El premier dejó en claro su opinión en una conferencia de prensa conjunta, después de una tardía sesión formal de conversaciones con el presidente, descriptas por el vocero de Blair como “una discusión franca y abierta en que ambos lados estaban totalmente desinhibidos”. Sus comentarios vinieron a la zaga del discurso de Bush el lunes, cuando pidió que el actual liderazgo palestino fuera reemplazado por una alternativa democráticamente elegida que no estuviera “comprometida con el terror”. Los palestinos hicieron ayer parte de su tarea, al cumplir las exigencias de Bush cuando anunciaron que iban llevar a cabo elecciones para presidente de la Autoridad Palestina a mediados de enero. Pero el liderazgo palestino todavía esta en un curso de colisión con Washington: los funcionarios palestinos dicen que Arafat tiene la intención de presentarse a la elección.
Los países europeos han dado al discurso de Bush una tibia bienvenida, preocupados por el derecho arrogado por Occidente de darles órdenes a los palestinos. Las tensiones entre Estados Unidos y Europa estuvieron ayer a la vista. Ambos líderes parecían claramente incómodos y Bush se movió en su asiento cuando el primer ministro dijo: “Es asunto de los palestinos elegir a la gente que quieren elegir. No es cuestión de decirle a la gente a quién tienen que elegir o no”. El comentario surgió en medio de las primeras señales de que el presidente se estaba apartando de su línea dura después de concertadas presiones de otros miembros del G-8, las siete naciones industriales líderes del mundo, además de Rusia. Japón repudió ayer públicamente la línea norteamericana, mientras que los líderes europeos han sido igualmente severos en privado. Bush no repitió su pedido para que Arafat fuera removido: simplemente dijo que había necesidad de una “nueva Constitución y nuevas elecciones”.
Mientras apoyaba a Estados Unidos en su pedido para que el liderazgo palestino repudiara el terrorismo y se preparara para negociar un acuerdo completo, Blair declaró que el abierto llamado de Bush para la remoción de Arafat era un error estratégico que dañaría las posibilidades de paz al crear un vacío político en la región. Las elecciones afianzarán a Arafat o a un liderazgo palestino de línea aún más dura. Las encuestas de opinión en los territorios controlados por los palestinos muestran que Arafat sería el probable ganador de cualquier elección. “No decimos que queremos dirigir sus elecciones”, dijo el premier. “Pero si queremos que la paz funcione tiene que haber condiciones claras. La gente debe ser seria y rechazar al terrorismo. La consecuencia de elegir a gente que no está preparada para negociar adecuadamente es que no podemos seguir adelante.”
Bush dijo que mantenía sus declaraciones anteriores de esa semana, aunque no mencionó a Arafat por el nombre. “El statu quo no es una opción. Su liderazgo (el palestino) los está defraudando.” Los funcionarios palestinos dijeron que sería imposible para ellos llevar a cabo elecciones si Israel no se retira de los territorios ocupados.
La política de Medio Oriente no es la única espina en la especial relación entre Estados Unidos y Gran Bretaña. Como una señal más de que las relaciones entre Blair y Bush se están enfriando, el presidente negó que Estados Unidos no estuviera respondiendo a los pedidos británicos de brindar más ayuda financiera a Africa. “Estamos haciendo todo lo que podemos”, dijo Bush irritado. “Estoy orgulloso de los antecedentes de Blair y de los míos propios.”

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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