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Terminó la Revolución
La Revolución Rusa terminó y la Unión Soviética también. La flagrante obviedad de la oración anterior contiene sin embargo algo de actualidad, porque los diputados rusos aprobaron ayer un proyecto que abre el camino a la privatización de las tierras, por primera vez desde 1917. En los hechos, las ventas de tierras ya se habían puesto en marcha desde el fin mismo de la Unión Soviética, pero no estaban amparadas legalmente. El proyecto aprobado por la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso) en tercera lectura tuvo 258 votos a favor y 149 en contra, y se da por hecho que el Senado le dará la media sanción restante. La intención del gobierno de Vladimir Putin (foto) es atraer inversiones para un país con nada menos que 406 millones de hectáreas de tierra cultivable. Eso sí, habrá restricciones: se prohíbe a los extranjeros ser propietarios de las tierras (aunque se permiten alquilar parcelas durante un período de hasta 49 años), las autoridades regionales tendrán amplia libertad para restringir la cantidad de parcelas en manos de un solo propietario y la explotación de las tierras sólo deberá ser agrícola.