EL MUNDO › ITALIA LLEVO A CONSULTA LA REFORMA DE LA DERECHA
Un 35 por ciento votó en el primer día de referéndum sobre la reforma de la Carta Magna, que conduce a una mayor autonomía de las regiones. El premier Romano Prodi vota por el “no”.
Silvio Berlusconi pone a prueba su legitimidad como líder de la oposición. Más de 16 millones de italianos votaron ayer en el referéndum, que finalizará hoy, para decidir si se aprueba o se rechaza la reforma constitucional más grande desde que se redactó la Carta Magna de 1948. La reforma había sido aprobada durante el mandato del ex premier, pero debe ser puesta a consideración en una consulta popular por no haber conseguido el apoyo de la centroizquierda en el Congreso. No se registraron disturbios ni irregularidades durante toda la jornada, en la que ya votó el 35 por ciento de los italianos convocados. El referéndum quedó opacado por la previa del partido de octavos de final entre Italia y Australia de hoy.
La votación es la tercera de lo que va en el año. Después de la derrota de Il Cavalieri en las legislativas y de la centroderecha en las municipales de fines de mayo, este referéndum se presenta como la instancia final para conservar el liderazgo de la Casa de las Libertades, la alianza que acompañó a Berlusconi en su competencia contra el premier Romano Prodi. Las sucesivas campañas electorales y el fervor por el Mundial de Fútbol relegaron la consulta a un segundo plano. El profesor de Políticas de la Universidad Americana en Roma James Walston coincidió con este análisis. “Esta es la tercera elección que tienen en tres meses y los italianos comenzaron a tener fatiga electoral”, explicó al diario británico The Independent. Según estimados, en la mitad de la jornada de ayer ya habían emitido su voto alrededor del 35 por ciento de los 47 millones que están convocados. Pero el referéndum no requiere legalmente ningún tipo de umbral de participación ni tampoco alguna mayoría especial. Un dato a tener en cuenta: en el último referéndum que se hizo en el país, en 2001, la participación fue del 34,1 por ciento.
Para Walston, sin embargo, la principal razón por la que la campaña pasó tan inadvertida es que muy poca gente sabe lo que se está votando. En primer lugar, es un fortalecimiento de la figura del primer ministro en detrimento de la presidencial que quedaría casi como un elemento decorativo. En el gobierno, Berlusconi se había quejado en varias oportunidades por las limitaciones del cargo, comparándolo con su amigo, el primer ministro británico Tony Blair, que goza de una concentración de poder mucho mayor. En segundo lugar, busca instalar un sistema más federal, en el que las regiones sean autónomas en temas como seguridad, salud y educación. Además, propone reducir los integrantes de las dos Cámaras del Congreso, medida que Prodi aprueba.
Los resultados recién se conocerán hoy a la noche. Los colegios electorales, que cerraron ayer a las 22 locales, volverán a abrir sus puertas muy temprano a la mañana para finalizar a las 13 locales, dos horas antes del partido con Australia. Varios organismos públicos habían pedido al Ministerio del Interior que se retrase el recuento para evitar que se superponga con el partido de octavos de final. El ministerio no cedió y los votos serán escrutados una vez que se cierren las mesas. Este recuento irá de la mano con el de los votos del exterior, en donde cerca del 28 por ciento votó semanas atrás.
Todo el gobierno de Prodi participó en la campaña por el “no”. Uno de sus slogans principales era que si se imponía el “sí”, Italia se volvería ingobernable, en referencia a la mayor autonomía que ganarían las regiones. Esta iniciativa de corte federalista había sido impulsada, desde la coalición de Berlusconi, por el líder de la xenófoba Liga del Norte, Umberto Bossi. La alianza de este sector de la coalición de centroderecha con el berlusconismo estaba condicionada para Bossi a la aprobación e implementación de esta reforma. Además, Prodi sostuvo durante toda la campaña que no es muy superficial votar por sí o por no sobre la modificación de 50 artículos de la Constitución. El premier admitió estar de acuerdo con algunas reformas, pero se negó a apoyar el paquete entero. Para los analistas locales, el pronóstico de una baja participación electoral podría beneficiar a la centroizquierda ya que fueron lossectores que apoyan al actual gobierno los más férreos opositores de la reforma durante su debate en el Parlamento y, en consecuencia, son los más concientizados e interesados en su derogación. Los simpatizantes de la centroderecha, en cambio, no siguieron tan de cerca la discusión ya que fue más una ofensiva de los sectores dirigentes que una repuesta a demandas populares.
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