Por revelar cómo la Casa Blanca espía información financiera en Europa, el diario recibió un aluvión de críticas.
› Por J. M. Calvo*
Desde Washington
En Estados Unidos no cede el intenso debate abierto tras la publicación en The New York Times de los datos del programa de rastreo de la financiación de grupos terroristas, que dio paso a informaciones similares en The Wall Street Journal y en Los Angeles Times. Un grupo de republicanos de la Cámara anunció ayer la inminente presentación de una resolución en la que se critica duramente al diario de Nueva York, mientras el periódico defendió la publicación de la información en un editorial.
“Una prensa libre, objetiva e independiente es necesaria para mantener la libertad, The New York Times y otros medios que ofrecen información delicada y determinan unilateralmente su publicación, pueden poner vidas en peligro”, dice el borrador de la resolución republicana. El congresista republicano J. D. Hayworth reclamó que se revocaran las credenciales de los periodistas del Times en el Congreso, y el senador Pat Roberts, presidente del Comité de Inteligencia, pidió a John Negroponte, director nacional de Inteligencia, que valorara el daño hecho por la publicación.
El diario, bajo el fuego del gobierno, otros medios y la blogosfera conservadora, defendió la revelación de la existencia del programa gubernamental de espionaje bancario ayer en un editorial titulado “El patriotismo y la prensa”. El New York Times subrayó que su artículo no puso en peligro a nadie. “No tiene nada que ver con ningún atentado contra la seguridad, como hubiera sido, por ejemplo, revelar la posición de tropas, comprometiendo claramente la seguridad inmediata de individuos. Los grupos terroristas serían realmente ingenuos si no se imaginasen que sus transferencias internacionales de fondos son vigiladas”, señaló.
Al explicar las razones de la publicación, el editorial señala una “tendencia alarmante” que dice percibir en el seno del gobierno. “Desde el 11 de septiembre, la administración Bush aprovechó la necesidad de aumentar la vigilancia contra el terrorismo y la usó como argumento a favor de un Poder Ejecutivo extraordinariamente poderoso, eximido de los controles y contrapoderes habituales de nuestro sistema de gobierno”, planteó el Times. “La lucha contra el terrorismo debe complementarse con el compromiso con las libertades que define a América”, apuntó el matutino. “Cuando los poderes públicos se extralimitan en el secreto, la prensa libre tiene el deber constitucional de proporcionar información que la gente necesita para restaurar el equilibrio, incluso a riesgo de ser etiquetada de antipatriótica.”
Mientras tanto, las publicaciones más cercanas a posiciones demócratas guardan un relativo silencio –defender a The New York Times en esta situación tiene sus riesgos–, y los medios y blogs más conservadores mantienen su dura ofensiva contra el diario. El presidente Bush calificó como “deplorable” la denuncia del Times, mientras que el diputado republicano por Nueva York Pete King clamó “traición”, y el diario conservador New York Post criticó los “New York Crimes” (crímenes de Nueva York) de su competidor. La comentarista de radio de Los Angeles Tammy Bruce, llegó al extremo de comparar la primicia del Times con el peor caso de espionaje en la historia de la Guerra Fría. “La revelación del periódico es comparable, si no peor, con lo que hicieron los Rosenberg –acusados de espionaje y ejecutados en 1951– al entregar material secreto a los soviéticos”, dijo Bruce. Hablaba en serio.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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