EL MUNDO › POR LOS EXCESOS DE SU POLITICA ANTIINMIGRANTE
El primer ministro holandés, el demócrata cristiano de centroderecha Jan Peter Balkenende, anunció hoy su renuncia después de que se desintegrara su coalición, por culpa de una serie de gaffes en su política migratoria. La coalición del primer ministro se desintegró cuando su socio menor, los liberales de izquierda del D66, retiraron su apoyo porque Balkenende se negó a cambiar a la controvertida ministra de Relaciones Exteriores, Rita Verdonk. Famosa en Holanda por su forma intransigente de aplicar las leyes, Verdonk ha sido el artífice y el símbolo del endurecimiento de la política migratoria holandesa. Sin embargo, en los últimos meses su estrella se desvaneció por escándalos que afectaron a una ex diputada de origen somalí, una estudiante albano-kosovar y a un futbolista marfileño.
Verdonk piloteó varios cambios en la legislación, como la expulsión de los inmigrantes que cometen delitos y la obligación de que los aspirantes a entrar legalmente en el país pasen un “examen” de su aptitud para poder integrarse. Sobre la base de estos cambios, muy populares entre buena parte de la población, Verdonk intentó llegar al liderazgo de su partido, el VVD, pero algunos errores políticos le costaron caro. En abril, una estudiante albano-kosovar, Taida Pasic, fue expulsada por haber entrado ilegalmente al país sin que se atendiera su petición de permitirle seguir en Holanda un par de meses más para poder acabar el curso escolar y graduarse de secundaria. Luego, la ministra también impidió en persona que el delantero de origen marfileño Salomon Kalou, que juega en el Feyenoord de Rotterdam, pudiera nacionalizarse de forma rápida, por lo que el futbolista optó por jugar con su país. El propio Johan Cruyff pidió la dimisión de Verdonk porque, según él, la ministra había contribuido a la eliminación de la selección holandesa en el Mundial de Alemania. Finalmente, el caso de la ex diputada Ayaan Hirsi Ali (de su mismo partido VVD) selló la caída de la ministra. Hirsi Ali, de origen somalí, está amenazada de muerte por los islamistas radicales y se ha convertido en un símbolo internacional de liberación para muchas mujeres musulmanas. Se había hecho famosa cuando una carta amenazándola de muerte apareció en la escena del crimen del cineasta Theo Van Gogh, en el 2004. Verdonk decidió hace seis semanas retirarle el pasaporte holandés por haber dado datos falsos sobre su nombre y fecha de nacimiento cuando llegó a Holanda como refugiada en 1992, huyendo de un matrimonio de conveniencia en Somalia. Hirsi Ali, quien había admitido hace tiempo esos hechos, renunció a su banca y anunció que se iba a vivir a Estados Unidos. Tras la presión del Parlamento, Verdonk anunció el lunes que le restauraría la nacionalidad holandesa a Hirsi Ali. Demasiado tarde.
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