Sáb 02.09.2006

EL MUNDO  › A PESAR DEL REFUERZO DE TROPAS DE ESTADOS UNIDOS

Otro record mortal en Irak

› Por Kim Sengupta *

Bagdad experimentó uno de sus peores días de muertes –aun para los niveles sangrientos de la ciudad– en el que 69 personas murieron y otras 300 resultaron heridas en ataques coordinados en el término de media hora. Alrededor de 3500 civiles murieron en Irak en julio, una de las cifras mensuales más altas desde que Estados Unidos invadiera el país en 2003. Mientras tanto, agosto fue uno de los meses más letales para los estadounidenses con la muerte de 53 soldados y marines.

El recrudecimiento de la violencia llega cuando los funcionarios estadounidenses mantenían que la situación en la capital iraquí estaba siendo controlada después del desplazamiento de 3500 soldados hace tres semanas. El gobierno iraquí también declaró que para fin de año estará en posición de brindar seguridad a todo el país. Las últimas muertes fueron el resultado de bombas puestas en automóviles y edificios junto con una oleada de ataques con bombas en los barrios chiítas. Los departamentos y las casas habían sido alquilados por sospechosos terroristas sunnitas que luego plantaron los artefactos explosivos que fueron detonados simultáneamente por control remoto.

La gente que buscaba entre los escombros a amigos y parientes luego fueron alcanzados por una segunda ola de ataques de cochebombas y misiles. Los dueños de negocios en el distrito Amin se fueron después de que una de las explosiones devastó su mercado de dos pisos. “Estaba sentado en mi negocio con algunos clientes. No sentí nada pero después la tienda se cayó sobre nuestras cabezas”, dijo Hamza Ali, con su cabeza vendada. El hospital Kindi era uno de los cuatro en Bagdad que recibía a los heridos. Haidas Nasser, del distrito Al Ameen, dijo: “Mi vecino y cuatro de sus hijos fueron heridos. Uno de ellos murió después. Había un montón de sangre por todos lados”. El mayor general Jihan Liaabi, director del contraterrorismo en el Ministerio del Interior, dijo: “Este fue un ataque muy organizado. Querían infligir el mayor daño posible a gente inocente. Habían alquilado departamentos para hacerlos volar”. Los ataques coincidieron con los discursos preelectorales del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en los que pide el apoyo de los estadounidenses al mantenimiento de la presencia militar en Irak. “Si Estados Unidos se fuera de Irak las consecuencias serían desastrosas. Le estaríamos entregando Irak a nuestros peores enemigos. Tendrían un nuevo santuario con grandes riquezas petroleras”, dijo Bush.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère

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