EL MUNDO › TRES ATACANTES Y UN GUARDIA MURIERON EN EL ASALTO A LA SEDE DIPLOMATICA
El fallido ataque con un vehículo lleno de explosivos y latas de gas no fue reivindicado, pero Damasco sospecha de un grupo que se desprendió de Al Qaida, llamado Jun al Shan. Washington aprovechó para pedirle a Siria que se se sume a la lucha antiterrorista.
› Por Patrick Cockburn *
Desde Amman
Cuatro hombres gritando cánticos islámicos lanzaron un ataque ayer sobre la fuertemente protegida embajada de EE.UU. en Damasco. Tres hombres murieron y uno fue capturado después de ser herido seriamente. Un guardia de seguridad murió, pero ningún estadounidense resultó lastimado. Un vehículo lleno de explosivos y de latas de gas falló y no explotó. Era improbable que los atacantes, armados con rifles automáticos y granadas, tuvieran éxito contra las paredes de dos metros y medio de alto de la embajada. Por lo menos otras once personas resultaron heridas en la contienda que tuvo lugar en el barrio de la embajada.
“Vi a dos hombres de civil armados con granadas y armas automáticas”, dijo Ayman Abdel-Nour, un comentador político sirio que estaba en el área. “Corrían hacia el complejo gritando cánticos religiosos mientras disparaban sus rifles automáticos.” Los terroristas tenía escasas posibilidades de huir, ya que la embajada se encuentra en el muy defendido distrito de Rawsa, donde viven muchos funcionarios del gobierno. El hecho de que el ataque tuviera lugar es otra señal de la tensión creciente en Medio Oriente por las guerras en Irak, Afganistán y el Líbano y las numerosas pérdidas de vidas en Gaza. El ataque parecía algo amateur y no tenía el sello de una operación bien organizada con cantidades masivas de explosivos. Nadie se adjudicó la autoría del ataque, pero se sospechaba de un grupo desprendido de Al Qaida , Jund al Shan, según el embajador sirio en Estados Unidos, Imad Moustapha. El grupo radical fundamentalista ha sido culpado de varios ataques en Siria en los últimos años, declaró.
Estados Unidos, que ha estado confrontado con Siria sobre Irak y el Líbano, expresó su gratitud a Damasco por la rápida respuesta y sugirió que los dos países podrían dar vuelta la página en su problemática relación. “Los funcionarios sirios fueron en ayuda de los estadounidenses. El gobierno de Estados Unidos está agradecido por la ayuda brindada por los sirios al perseguir a los atacantes”, dijo el vocero de la Casa Blanca, Tony Snow. “Esperamos que se conviertan en un aliado y elijan luchar contra los terroristas.” Estados Unidos tiene a Siria en la lista de los patrocinantes del terrorismo.
Hace varios años Washington parecía que estaba estrujando con éxito al gobierno sirio desde el este y el oeste, pero la crisis que empeora en Irak y el fracaso de Israel en derrotar a Hezbolá en el Líbano significa que la posición de Estados Unidos es ahora mucho más débil.
La ministra de Interior siria, Bassam Abdel Majid, dijo que era una “operación terrorista”. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, declaró que era demasiado pronto para saber quién estaba detrás del ataque. También elogió las acciones sirias y expresó sus condolencias por la muerte del guardia. “Creo que los sirios reaccionaron a su ataque en una forma que ayudó a nuestra gente y apreciamos eso mucho”, dijo en una conferencia de prensa en Canadá.
A fines de los setenta, Siria estuvo bajo un permanente ataque de grupos islámicos que usaron terroristas suicidas y que fueron ferozmente reprimidos. En los últimos meses hubo unos pocos choques esporádicos entre las fuerzas de seguridad y los grupos islámicos. Estados Unidos y las secciones del gobierno iraquí ven a Siria como el pasaje de hombres y armas a la resistencia antiestadounidense en Irak. El asalto en Damasco, a pesar de lo inútil, será utilizado por la Casa Blanca para mostrar que están bajo amenaza del terrorismo y que cada señal del sentimiento antiestadounidense es una prueba de la conspiración en su contra.
En su discurso altamente partidario en conmemoración de los ataques del 11 de septiembre, el presidente George W. Bush justificó la guerra contra Irak convirtiéndola en el centro de la guerra contra el terrorismo. “Si no derrotamos a estos enemigos ahora, dejaremos que nuestros hijos se enfrenten a un Medio Oriente dirigido por estados terroristas y dictadores radicales armados con armas nucleares”, dijo. “Estamos en una guerra que establecerá el curso para este nuevo siglo y determinará el destino de millones en el mundo.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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