EL MUNDO › LA CUMBRE DE LOS NO ALINEADOS SIRVIO DE TRIBUNA PARA CHAVEZ
Con la llegada del secretario general de la ONU se completó la lista de invitados estelares en la cumbre de La Habana. A falta de Fidel, que no participó de las reuniones pero recibió a varios líderes, los presidentes de Venezuela e Irán coparon la parada.
El equipo de los no alineados está completo. Más de 55 mandatarios se reunieron ayer finalmente en La Habana para iniciar el primer día de las reuniones presidenciales. El último en llegar fue el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, que antes de empezar con sus obligaciones en la cumbre pasó a saludar a Fidel Castro. Nuevas fotos mostraron al veterano líder cubano de pie, en su ya tradicional pijama. “Puedo asegurarles que su salud mejora muy bien”, aseguró Annan, quien rehusó un encuentro con disidentes en la isla. El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, siguió buscando apoyo para su cuestionado programa nuclear y acusó a Estados Unidos de ser la verdadera amenaza atómica. En un tono similar, su par venezolano –y según muchos la gran estrella de la cumbre a partir de la ausencia de Fidel–, Hugo Chávez, denunció las continuas agresiones de Washington a su gobierno y al cubano.
El nuevo líder provisional de la isla, Raúl Castro, fue el encargado de abrir esta última etapa de la cumbre. Como ayer, el veterano dirigente cambió su tradicional saco militar por un impecable traje oscuro y corbata roja. En una clara señal de respeto, comenzó su discurso recordando a su hermano mayor. “Todos hubiéramos querido que estas palabras inaugurales fueran pronunciadas por el presidente Fidel Castro, quien por las razones que conocemos no nos acompaña en esta sala”, dijo el anfitrión. Y luego se metió de llenó en el mensaje que, desde el primer día de la cumbre, Cuba ha querido imprimirle al Movimiento de No Alineados: “¡Unámonos todos estrechamente, concertemos las crecientes fuerzas de nuestro vigoroso Movimiento en las Naciones Unidas y en todos los foros internacionales para exigir justicia económica para nuestros pueblos, para que cese el dominio sobre nuestros recursos y el robo de nuestro sudor!”
A pesar del enérgico discurso de 25 minutos que dio Raúl, el timón lo llevó otro. Dueño de un carisma que el dirigente cubano no posee, Chávez fue el centro de todas las miradas. El presidente venezolano volvió a utilizar fórmulas conocidas como sus referencias al libertador Simón Bolívar y sus ataques a la política exterior de la Casa Blanca. En su discurso ante los 118 miembros del movimiento, llamó a la unidad, no sólo para enfrentar a los países más ricos, sino también para solucionar los problemas de los más pobres. “No esperemos soluciones a nuestros problemas en el Norte, están aquí entre nosotros mismos, tenemos que ser capaces de llevarlas a la práctica”, instó Chávez. “Unámonos de verdad en el Sur y tendremos futuro, tendremos vida, tendrán vida nuestros pueblos.” Las palabras de Chávez tuvieron dos objetivos. El primero, más a largo plazo, es sumar apoyos para su iniciativa para crear un Banco del Sur, que nuclee a los países subdesarrollados y los ayude con créditos para obras de infraestructura. El otro es a cortísimo plazo. En 72 horas, la Asamblea General de la ONU comenzará su sesión anual, donde Venezuela espera lograr un asiento en el Consejo de Seguridad con el apoyo de los No Alineados. En su edición anterior, el presidente venezolano logró dominar la atención al mantener una fuerte polémica con su principal rival, George W. Bush. La cita en Nueva York genera mucha expectativa, ya que ahí se verán las caras el mandatario iraní, Mahmud Ahmadinejad, y sus detractores, Estados Unidos y las potencias europeas.
La delegación iraní llegó el jueves a La Habana en busca de aliados. “¿Por qué los pueblos del mundo deben vivir bajo la sombra de las amenazas atómicas de Estados Unidos?”, cuestionó Ahmadinejad en su discurso ante el plenario ayer. “¿Qué espera el Consejo de Seguridad de la ONU para reaccionar a tales amenazas?”, agregó. Teherán espera poder partir para Nueva York –previa visita fugaz a la tierra de su aliado venezolano– con una declaración de apoyo contundente de los 118 países no alineados. Aunque no es en la Asamblea General donde se decidirá la suerte de Irán, es decir, si sufrirá o no sanciones, será el foro ideal para poder enfrentar a sus acusadores.
Mientras se escuchaban los grandilocuentes discursos antiimperialistas, en un muy segundo plano, se debatían otros conflictos. Por ejemplo, la oportunidad histórica para la India y Pakistán –ambos miembros del movimiento– de poder acordar una reanudación de las negociaciones. Estas fueron las palabras del propio presidente paquistaní, Pervez Musharraf, que ayer parecía mostrarse dispuesto a sentarse a dialogar con su par indio sobre su histórico conflicto por la región de Cachemira. El otro mandatario que también llevó su agenda a la cumbre fue Evo Morales, que espera conseguir apoyo en su lucha por recuperar una salida al mar.
Hoy ya se comenzarán a conocer las declaraciones finales de la cumbre. Los 118 tomarán posición sobre temas como la guerra en el Líbano, la crisis humanitaria palestina y la continuidad de la ofensiva militar israelí sobre los territorios ocupados. También tendrán su lugar destacado la crisis nuclear iraní y las agresiones –económicas, políticas o verbales– de Estados Unidos contra países de América latina, entre ellos Venezuela, Cuba y Bolivia. Los discursos de los últimos días ya dejan prever el tono que tendrán estos documentos, en los que sin dudas Washington será el denominador común de todas las críticas.
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