EL MUNDO › PARA UN GOBIERNO DE UNIDAD DE FATAH Y HAMAS
Las esperanzas les duran poco a los palestinos. Hace sólo unos días el presidente de Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y el partido gobernante, Hamas, habían anunciado al mundo que finalmente habían consensuado la creación de un gobierno de unidad nacional. Esto descomprimiría las presiones internacionales y podría poner fin al bloqueo económico contra los territorios palestinos. Sin embargo, Abbas decidió ayer congelar las negociaciones. El presidente palestino tiene programada una serie de reuniones con los principales líderes del mundo, dentro del marco de la reunión de la Asamblea General de la ONU que comenzará esta semana en Nueva York. Según anunció, recién a su vuelta reanudará el diálogo con las autoridades de Hamas.
“Tenemos un acuerdo con Hamas basado en puntos políticos claros para la formación de un gobierno de unión nacional, pero algunas declaraciones de este movimiento han debilitado este acuerdo y nos han empujado a congelar las negociaciones”, explicó ayer, desde Amman, Jordania, el dirigente palestino. Horas antes, el movimiento islámico había salido a negar los rumores sobre una parálisis en las conversaciones con Al Fatah, el partido de Abbas. “Las negociaciones han tenido avances a pesar de algunos obstáculos que han surgido”, le había dicho el secretario del gobierno islámico, Ghazi Hamad, a la prensa. El primer ministro palestino, un importante dirigente de Hamas, Ismael Haniyeh, intentó más tarde bajarle el tono a la ya innegable declaración de Abbas, afirmando que sólo se trataba de un aplazamiento, acordado por los dos.
En los últimos días, varios dirigentes de Hamas habían advertido que una alianza con Fatah no implicaría reconocer al Estado de Israel, ni a los acuerdos firmados con él en el pasado. Las declaraciones de Hamas “contradicen el acuerdo que estipula que el nuevo gobierno debe respetar los compromisos y los acuerdos adoptados por la Organización de la Liberación de Palestina (OLP)”, destacó Abbas. Haniyeh había afirmado el sábado que un futuro gobierno de unidad nacional, en el que en principio continuaría ejerciendo la jefatura, no necesariamente reconocerá los acuerdos alcanzados en el pasado con Israel. Estos acuerdos prevén concentrar los ataques antiisraelíes en los territorios ocupados desde 1967 y la creación de un Estado en esas tierras palestinas, lo que constituiría un reconocimiento implícito del derecho a la existencia de Israel, según explicó el premier palestino.
Las diferencias entre el partido de Abbas y el de Haniyeh no tienen que ver solamente con su relación con Israel. Hamas exige el doble de ministerios que Fatah en el futuro gabinete, usando como argumento los resultados electorales de las últimas legislativas, en las que el movimiento islámico obtuvo 76 de los 132 bancas, contra sólo 43 de Fatah.
La otra gran traba en las negociaciones es que Abbas, seguramente a pedido de sus aliados occidentales, pone como condición para poner en marcha al nuevo gobierno la liberación del soldado israelí capturado a fines de junio por grupos armados palestinos, entre ellos el brazo armado de Hamas.
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