La ejecución de tres católicos en el este de Indonesia a pesar de la existencia de dudas sobre su culpabilidad despertó ayer la cólera de la pequeña minoría cristiana en el país. Fabianus Tibo, Dominggus da Silva y Marianus Riwu, condenados a pena de muerte por incitación a la violencia contra musulmanes en 2000 y 2001, fueron fusilados ayer en la provincia de Sulawesi Centre, cuya seguridad fue reforzada con cinco mil agentes. Los tres hombres fueron ejecutados a pesar de numerosos pedidos de clemencia, incluido uno del papa Benedicto XVI, y pese a serias dudas sobre su culpabilidad, en la nación musulmana más poblada del mundo, con 220 millones de habitantes (un 90 por ciento de musulmanes y un 5 por ciento de cristianos). En Atambua, una localidad de mayoría cristiana ubicada al oeste de la isla de Timor, un grupo de manifestantes rompió a pedradas los vidrios de la cárcel local, donde se encuentra la oficina del fiscal, y liberó a unos 200 detenidos. “Tuvo lugar una manifestación de cerca de un millar de personas. Dañaron las oficinas del fiscal general y entraron en la prisión”, confirmó Adang Daradjatun, jefe adjunto de la policía nacional. El padre Yustus, un cura de la diócesis de Atambua, dijo que logró apaciguar a la multitud en cólera con la ayuda de otros eclesiásticos. “Tomamos la palabra ante unas mil personas. Ahora están regresando a sus hogares”, precisó. No sólo el Papa pidió clemencia para los hombres. La Unión Europea (UE) pidió a Yakarta el reestablecimiento de una moratoria sobre la pena de muerte, según un comunicado de la presidencia finlandesa de la UE. “Refirmando la posición de principio de la UE contra la pena de muerte y recordando que la UE se la comunicó a las autoridades indonesias en varias oportunidades, la presidencia expresa su pesar por estas ejecuciones”, indicó el comunicado. La organización Amnistía Internacional (AI) también expresó su decepción. “Los asesinatos aprobados por el Estado son más inaceptables cuando existen serias dudas sobre la equidad del proceso judicial, como en este caso”, indicó Isabelle Cartron, experta de AI para el sudeste asiático.