EL MUNDO › POR EL ATENTADO CON COCHE BOMBA QUE DEJO 24 HERIDOS
El presidente colombiano, Alvaro Uribe, ordenó suspender todas las negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El mandatario decidió de esta forma avanzar en una lucha frontal contra el grupo guerrillero y recuperar por vía militar a los secuestrados en poder de la organización. La decisión se tomó un día después de la explosión de un coche bomba en una universidad militar que dejó 24 heridos. Pero fue recibida con cuestionamientos por familiares de los secuestrados y la Iglesia colombiana.
“Mientras persistan estas acciones terroristas hoy el único camino que queda es el rescate militar y policial de los secuestrados”, remarcó Uribe. “El Ejecutivo no caerá en la trampa de la guerrilla, que trafica con el dolor de los familiares de los secuestrados en búsqueda de una zona de despeje para recuperar su capacidad terrorista”, agregó. Hasta la explosión de ayer, el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) avanzaban en un proceso de canje humanitario de secuestrados por presos, que sería en dos municipios desmilitarizados, y como paso previo a una negociación para poner fin al accionar de la mayor organización guerrillera del país.
Ayer Uribe visitó el lugar donde explotó el jueves el coche bomba, y desde allí desautorizó las gestiones con las FARC. Advirtió que la cúpula de esa organización está integrada por “fantoches que lucran con el negocio de la coca” y pidió ayuda a Ecuador y Venezuela para impedir que el terrorismo ingrese en sus territorios. “Cuando pedimos el apoyo de los países vecinos y hermanos es porque no queremos que los coches bomba que maltratan a Bogotá lleguen a maltratar a Caracas, a Quito, a Brasilia, a Lima o a Ciudad de Panamá”, agregó.
Tras el cambio de postura de Uribe, la primera voz crítica fue la de Yolanda Pulecio, madre de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, que lleva 1700 días en poder de las FARC. Pulecio lamentó que el mandatario “no sienta compasión por las familias de los secuestrados y los condene a muerte”. La madre de Betancourt también advirtió que la decisión del jefe del Estado rompe el acuerdo con Francia, España y Suiza, que operaban como grupo de apoyo al diálogo con las FARC.
Por su parte, el secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Fabián Marulanda, señaló que espera que el mandatario reflexione. “Este pronunciamiento es como un boomerang contra el mismo Ejército que ahora tendrá que producir hechos concretos en su lucha contra la subversión”, indicó.
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