El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, recibió ayer cuestionamientos desde la oposición y respaldos del oficialismo por su decisión de remover al jefe del ejército, Carlos Díaz, por la “falta grave” de haberse reunido con dirigentes opositores sin pedir autorización. Representantes del gobernante Frente Amplio y de la central obrera PIT-CNT cerraron filas en torno del mandatario y respaldaron su decisión. En tanto, los partidos Colorado y Blanco manifestaron duras críticas al mandatario. “Parece que Vázquez quisiera acorralar a la oposición, impidiendo cualquier reunión con autoridades civiles y militares”, advirtió el ex presidente colorado Julio María Sanguinetti. El ahora ex comandante Díaz recibió el miércoles a Sanguinetti y a quien fuera su ministro de Defensa, Yamandú Fau, para comer un asado en la residencia oficial de los comandantes del ejército, en Toledo, a 22 kilómetros de Montevideo. La reunión fue revelada el jueves por el semanario Búsqueda, que afirmó que el encuentro sirvió para “intercambiar puntos de vista sobre asuntos de actualidad en conversaciones informales”.