Sáb 28.10.2006

EL MUNDO

Dick Cheney defendió el submarino, la tortura por asfixia bajo el agua

Dijo que no dudaría en hacerlo para salvar vidas norteamericanas. La frase indignó a los principales organismos de derechos humanos.

› Por Rupert Cornwell *
Desde Washington

El vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, fue ayer el centro de una nueva controversia, después de sus comentarios en una entrevista radial, en la que apoyó la asfixia simulada, o submarino, una técnica de tortura prohibida por el Pentágono y por la ley internacional. Hablando con un presentador radial el martes, en el “día abierto” en el parque de la Casa Blanca para shows radiales conservadores, Cheney –desde hace largo tiempo un defensor de las irrestrictas técnicas de interrogación de la CIA– aceptó que “sumergir en el agua” a los sospechosos de terrorismo era algo “obvio” si se podían salvar vidas.

El tema lo tocó Scott Hennen, que presenta un show en Fargo, Dakota del Norte. “Bueno, es obvio para mí –replicó Cheney–, pero durante un tiempo fui criticado por ser el vicepresidente a favor de la tortura. No torturamos, no es algo en lo que estemos involucrados.” Pero ni este descargo ni la declaración de ayer del presidente Bush de que “este país no tortura” satisfizo a los grupos de derechos humanos, quienes dijeron que Cheney estaba claramente apoyando el waterboarding (método en que el detenido es atado a una plancha y metido bajo el agua para hacerle sentir que se ahoga) –una forma de tortura que simula ahogar, que se ha usado desde la época de la Inquisición española–.

Larry Cox, director ejecutivo de Amnistía Internacional en Estados Unidos, condenó los comentarios de Cheney y dijo que lo que es evidente es que “ningún funcionario estadounidense, mucho menos un vicepresidente, debe aprobar la tortura”. Con sus comentarios, Cheney “ha emitido la primera clara aprobación de una forma de tortura de la administración Bush”, dijo Human Rights Watch. “Contradicen las opiniones del Congreso y del Departamento de Estado de Estados Unidos, así como principios fundamentales de ley internacional”. “Si Irán o Siria detienen a un estadounidense, Cheney está diciendo que está perfectamente bien que ellos mantengan al estadounidense con su cabeza metida en el agua hasta que casi se ahogue, si ellos piensan que eso es necesario para salvar vidas iraníes o sirias”, dijo Tom Malinowski, director de este grupo de derechos humanos en Washington.

El presidente George W. Bush fue consultado ayer sobre esta controversia causada por Cheney durante una aparición pública. “Este país no tortura; no vamos a torturar”, dijo Bush. “Interrogaremos a la gente que capturamos en el campo de batalla para determinar si tienen o no información que puede ayudar a proteger al país”, agregó.

En septiembre, el Pentágono emitió un nuevo manual de campo sobre los interrogatorios de inteligencia que prohíben explícitamente el uso de waterboarding. En esa ocasión, el general Jeff Kimmons, el más alto oficial de inteligencia del ejército, dijo que “ninguna buena inteligencia va a resultar de las prácticas abusivas. Creo que la historia nos dice eso”. El manual establece que “la tortura y el trato cruel, inhumano y degradante nunca es una opción permisible, aun cuando otras vidas dependan de la información obtenida”. Aquellos que los emplean “pierden legitimidad moral”. En su entrevista, Cheney describió el debate de la tortura como “un poco tonto”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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