EL MUNDO › FUJIMORI HABIA DADO LA ORDEN, PERO SE LE ESCAPO
› Por Carlos Noriega
Desde Lima
“Tráiganme a Alan García vivo o muerto”, fue la orden que en abril de 1992 dictó el entonces presidente Alberto Fujimori para deshacerse de su antecesor en el cargo. La orden fue dada dos días antes del golpe de Estado que, con el apoyo de los militares, Fujimori encabezó el cinco de abril de 1992, cerrando el Congreso e interviniendo el Poder Judicial y todos los organismos del Estado. El encargado de cumplir la orden de Fujimori fue Vladimiro Montesinos, quien controlaba los servicios de inteligencia y era el brazo derecho del ex presidente peruano. Pero Montesinos fracasó. García logró escapar por los techos de su casa cuando los militares habían rodeado su vivienda y luego de permanecer escondido por varias semanas pudo asilarse en la Embajada de Colombia y salir del país.
Ha sido Susana Higuchi, la ex esposa de Fujimori, quien ha revelado la existencia de esta orden para asesinar a García. Higuchi rompió su silencio de catorce años sobre esta decisión de su ex esposo de matar a García cuando declaró como testigo ante la Sala Penal Especial de la Corte Suprema, que procesa a Fujimori y a trece de sus ex ministros por el golpe de 1992. Higuchi relató ante los jueces que el tres de abril escuchó una conversación entre su esposo, Montesinos y el coronel Alberto Pinto, quien era el jefe del servicio de inteligencia del ejército, en la que Fujimori les preguntaba si ya tenían todo listo para capturar vivo o muerto a Alan García. Montesinos y Pinto respondieron que todo estaba preparado para cumplir esa orden.
El diálogo se produjo en un ambiente del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), que era el cuartel general de Montesinos y donde la familia Fujimori se había mudado a vivir. El SIN fue el centro del poder durante el gobierno de Fujimori. Era en ese lugar donde se tomaban las principales decisiones del régimen fujimorista y donde vivían Fujimori con su familia y Montesinos. Fujimori e Higuchi se separaron en 1994 y desde entonces ella se ha convertido en una férrea crítica del gobierno de su esposo, a quien ha acusado de haberla mantenido secuestrada en el SIN y haberla torturado.
Pasadas las diez de la noche del domingo cinco de abril de 1992 Fujimori dio un mensaje en cadena nacional en el que anunció el golpe de Estado. En ese momento Alan García estaba en su casa junto al entonces diputado Jorge del Castillo, actual primer ministro. Aún no había terminado el mensaje golpista de Fujimori, cuando las tanquetas del ejército habían terminado de rodear la casa de García, ubicada en un exclusivo barrio residencial de Lima y a sólo pocas calles del cuartel general del ejército.
Antes que los militares ingresaran a la vivienda García trepó el muro posterior y escapó por los techos de sus vecinos. Luego diría que esa noche la pasó escondido en un tanque de agua vacío y que los siguientes días encontró refugio en casa de amigos hasta que semanas después pudo asilarse en la embajada de Colombia. Desde entonces García permaneció exiliado, entre Bogotá y París, hasta la caída de Fujimori en noviembre del año 2000. Los militares ingresaron a la casa de García violentamente y detuvieron a Del Castillo, quien fue llevado a una de dependencia militar, donde estuvo detenido varios días.
“Eran unos 200 soldados, estaban encapuchados y entraron disparando. Me empujaron al suelo, me golpearon, me ataron las manos, me apuntaron a la cabeza y me encapucharon antes de meterme a un vehículo. Pero Alan García ya había logrado escapar”, recuerda el hoy primer ministro Jorge Del Castillo.
Esa noche del golpe fujimorista fueron detenidos dirigentes políticos, sindicales y sociales, y también periodistas, los cuales serían liberados semanas después de haber estado como “desaparecidos”.
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