EL MUNDO › DIJO QUE EN IRAK QUIEREN QUE PIERDA LAS ELECCIONES
› Por Rupert Cornwell *
Desde Washington
En un intento por conseguir que los republicanos acudan a las urnas en masa la próxima semana, en las elecciones de mitad de mandato, el presidente George Bush y su vice Dick Cheney están advirtiendo que los insurgentes están duplicando deliberadamente sus ataques en Irak para favorecer a sus rivales, los demócratas.
La ofensiva de la Casa Blanca es la punta de lanza de los esfuerzos republicanos para cambiar la intención de voto en la última semana de la campaña, antes de la votación del 7 de noviembre. Busca convertir la principal debilidad del partido –la cuestión de Irak– en una virtud, al menos entre los votantes republicanos más fieles, cuya participación es vital si el partido quiere evitar una derrota. En Estados Unidos, el voto no es obligatorio.
“Están muy conscientes del hecho de que tenemos una elección programada”, le dijo Cheney a la conservadora cadena Fox News. Al aumentar la violencia y potenciar su impacto a través del uso de Internet, los insurgentes creen que podrán quebrar la voluntad del pueblo estadounidense, “y eso es lo que están intentando hacer”. Bush fue aún más contundente. “Más allá de cómo lo digan, el discurso demócrata sobre Irak se reduce a esto: los terroristas ganan y Estados Unidos pierde”, afirmó el presidente en un mitin en Georgia el lunes pasado. “El objetivo de los demócratas es salirse de Irak. El objetivo de los republicanos es ganar en Irak.”
Sin embargo, la agresiva estrategia de la Casa Blanca conlleva grandes riesgos. El énfasis en la seguridad nacional funcionó muy bien en las elecciones de 2002 y de 2004, en las que los republicanos ganaron básicamente luego de persuadir a los votantes de que no se le podía confiar la seguridad del país a los demócratas. Esta vez, en cambio, la táctica podría salirle mal. Los demócratas tienen una mejor imagen respecto de Irak y son vistos, al menos, como igual de capaces que los republicanos para combatir a los terroristas.
De hecho, el objetivo de la Casa Blanca no es tanto conseguir el apoyo de los independientes –alrededor del 30 por ciento del electorado que, según los sondeos, estaría inclinándose por los demócratas–, sino revigorizar la base republicana. Frente a la posibilidad de perder el control de la Cámara de Representantes y, quizá también, del Senado, el partido está apostando a su tradicional talento para sacar adelante las elecciones y robar la victoria cuando la derrota parecía segura.
Por eso se realizó el reciente “día abierto” en la Casa Blanca con los conductores de programas de radio conservadores, quienes son a su vez algunos de los portavoces más importantes del partido. Pero la estrategia en cuestión depende de su capacidad para convencer a los desencantados simpatizantes de que la guerra en Irak todavía se puede ganar y que la efectiva propaganda de los insurgentes hace que la situación parezca peor de lo que es.
Este nuevo enfoque fue anunciado por primera vez por el propio Bush en la Casa Blanca la semana pasada, en su desafiante discurso titulado “Estamos ganando la guerra”. Ayer el Pentágono se unió a este plan al crear una nueva unidad mediática para dinfudir reacciones y comentarios sobre la guerra en Irak, durante las 24 horas. La unidad, según un memo del Pentágono difundido por la agencia Associated Press, “producirá mensajes” y buscará “corregir” noticias erróneas al instante.
Utilizará “nuevos medios” para canalizar sus puntos de vista y, un vocero explicó, para “corregir las informaciones”. La iniciativa también defiende el argumento de la administración contra los medios.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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