EL MUNDO › LA PRESION CHINA LOGRO QUE PYONGYANG ACEPTE DISCUTIR SU PROGRAMA NUCLEAR
Después de la prueba nuclear, Beijing suspendió el suministro de petróleo y acordó el regreso de las negociaciones a seis bandas con las potencias de la región. También habría obtenido concesiones de Estados Unidos, pero no de Japón.
› Por Anne Penketh *
Cuatro semanas después de sacudir al mundo al llevar a cabo su primera prueba nuclear, Corea del Norte aceptó ayer volver a la mesa de negociaciones. La decisión es una importante victoria diplomática para China, que había perdido la paciencia con su aliado comunista después de la prueba nuclear del 9 de octubre. El mes pasado, China cortó los abastecimientos de petróleo a su vecino y mandó un enviado para que le hiciera una advertencia muy firme al líder norcoreano, Kim Jong-II, antes de presidir las conversaciones de ayer que resultaron en la decisión de reanudar las conversaciones a seis bandas, que involucran a Estados Unidos, Rusia, Japón, China y las dos Coreas .
El canciller chino dijo que Corea del Norte había decidido regresar a las negociaciones después de la reunión “cándida y profunda” entre los funcionarios chinos, estadounidenses y norcoreanos en Beijing. Pyongyang ha sido elegido volver a las conversaciones de las seis bandas, al considerar que éste es el foro más prometedor para resolver el enfrentamiento, ya que a Pongyang no le interesa que el conflicto se dirima en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, como ha propuesto más de una vez Estados Unidos. Sin embargo, se mantendrán las sanciones financieras y el embargo de armas de la ONU, impuestas después de la prueba nuclear del 9 de octubre.
El presidente George Bush recibió con agrado el anuncio de Corea del Norte. Le agradeció a China que haya conseguido la aceptación del régimen norcoreano, que ha estado aún más aislado desde la prueba nuclear. Christopher Hill, el enviado de Estados Unidos que asistió a las negociaciones de Beijing, dijo que las conversaciones a seis bandas se reanudarían este mes. Dijo que en la próxima reunión se hablaría de las preocupaciones de Corea del Norte por las restricciones financieras de Estados Unidos. Añadió que Pyongyang debe renunciar a las “actividades ilícitas”, que según Estados Unidos incluyen la falsificación de dinero y el tráfico de drogas.
Corea del Norte había estado sometida a restricciones desde septiembre del año pasado, cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos tomó medidas contra un banco de Macao, el Banco Delta Asia. La medida financiera, que resultó en el congelamiento de 26 millones setecientos mil dólares en fondos, sucedió en un momento inoportuno. Estados Unidos y Corea del Norte acababan de firmar un acuerdo por el cual Estados Unidos aceptaba proveer las garantías de seguridad a Pyongyang a cambio de que el Norte abandonara su programa de armas nucleares. Las sanciones de Estados Unidos fueron sin duda un importante factor en la decisión de Corea del Norte de retirarse de las negociaciones a seis bandas dos meses después.
Mientras Corea del Sur y Rusia recibían con beneplácito la salida diplomática negociada por los chinos, Japón, conducido ahora por un primer ministro de línea dura, advirtió que no permitiría que Corea del Norte regresara a las negociaciones a seis bandas a no ser que renunciara a las armas nucleares. El canciller Taro Aso dijo que Japón “no tiene intenciones de aceptar el regreso de Corea del Norte a las conversaciones con la premisa de que posee armas nucleares”.
También surgió ayer que China –que tiene poder que veto en el Consejo de Seguridad de la ONU– suspendió las exportaciones de petróleo a Pyongyang en septiembre, en medio de informes de que una prueba nuclear era inminente. De acuerdo con las estadísticas comerciales chinas, China pasó de venderle 12.300 barriles diarios de crudo a no venderle ni una gota. Corea del Norte importa el 90 por ciento de su petróleo de China. Pero el vocero del Ministerio de Exteriores chino, Liu Jianchao, dijo que la relación entre Beijing y Pyongyang no había cambiado.
China reaccionó airadamente a la prueba nuclear norcoreana, que sucedió a una prueba fallida en julio de un misil de largo alcance capaz de llegar a Estados Unidos. Pero se negó a tomar parte en la inspección de cargueros que se dirigían a Corea del Norte, como lo exigían las sanciones aprobadas por la ONU a principios de mes.
Estados Unidos se ha negado a mantener conversaciones bilaterales con Corea del Norte. Pero el acuerdo de ayer sugiere que Washington ha aceptado relajar sus sanciones financieras para atraer a los norcoreanos de vuelta a la mesa de negociaciones. Hill advirtió ayer que quedaba mucho por hacer antes de la reanudación de las conversaciones. Uno de los temas pendientes es cómo hará Corea del Norte para dar los pasos necesarios para renunciar a su programa nuclear, dijo. “Estamos lejos de nuestros objetivos aquí”, dijo Hill en Beijing. “No he sacado el champagne y los cigarros todavía.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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