Las negociaciones en España para desarmar a la guerrilla vasca sufrieron un nuevo revés cuando ETA condicionó su participación.
› Por Oscar Guisoni
En un comunicado dado a conocer en la noche del viernes, el grupo separatista vasco ETA avisa por primera vez que las negociaciones de paz con el gobierno español están a punto de pudrirse. Es la advertencia más seria lanzada por lel grupo desde el inicio del proceso en marzo de este año y fue interpretada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero como un chantaje inaceptable que en nada podrá cambiar las reglas de juego establecidas en un principio por el gobierno para abrir las negociaciones que deberán poner fin a más de 40 años de violencia en el País Vasco.
El encargado de salir al cruce del comunicado etarra por parte del gobierno fue el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien rechazó el sorpresivo planteo de ETA y aclaró que el gobierno mantiene la intención de llevar a cabo las negociaciones siempre y cuando continúe la ausencia de violencia.
El comunicado de ETA fue recogido por el diario vasco Gara y tiene como fuente un boletín interno del grupo llamado Zutabe. En él los integrantes del grupo separatista vasco evalúan que el proceso se encuentra en crisis y se advierte al gobierno que si no cumple con sus compromisos, las negociaciones se romperán. Un mensaje críptico que no hace mención explícita a los supuestos compromisos asumidos por la administración Zapatero, lo que ha dado pie al opositor Partido Popular (PP) para salir a criticar una vez más al gobierno por su política excesivamente flexible, a través de las palabras de su máximo dirigente, Mariano Rajoy, que le ha pedido al Ejecutivo español que no continúe cediendo.
ETA le exige al gobierno que se den pasos visibles en las negociaciones antes de que se acabe el otoño y responsabiliza al PSOE y al Partido Nacionalista Vasco de la crisis porque, sostienen, anteponen intereses partidistas a la consecución del fin de la violencia. A su vez, exige que no se continúe con los ataques al País Vasco y a la izquierda abertzale, su rama política, a la que según el grupo el gobierno intenta debilitar de todos los modos posibles antes de abrir el diálogo político que deberá decidir sobre la futura suerte del País Vasco. Aun así, los etarras aclaran que harán un esfuerzo negociador y terminan por identificar los cinco ejes de su futura acción política: hacer frente a lo que califican como una nueva ofensiva del Estado español, involucrar al Estado francés en el conflicto para que no se desentienda de la suerte del País Vasco galo, impulsar el proceso democrático, actuar de forma rápida y prudente y fortalecer a la izquierda social que los apoya. La nota finaliza haciendo hincapié en el punto más espinoso de todo el asunto: la territorialidad y la autodeterminación del País Vasco. Si nos continúan atacando, finaliza el mensaje, ETA responderá.
Para la derecha en la oposición, el mensaje etarra es muy claro: los separatistas no se detendrán hasta conseguir la independencia del País Vasco y la inclusión de la Comunidad Autónoma de Navarra en las negociaciones, un punto que el gobierno español ha rechazado, al igual que el gobierno de la región, en manos del PP.
El comunicado etarra llega en un momento muy delicado del proceso, cuando las negociaciones abiertas aún ni han comenzado. Y se puede interpretar también como un reflejo de la ansiedad de la izquierda vasca por lograr su legalización como partido político antes de las elecciones autonómicas de la próxima primavera.
Los socialistas se mantienen firmes en este punto y advierten de que no consentirá su participación hasta que la ETA no renuncie de un modo claro y definitivo a la violencia.
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