Jue 09.11.2006

EL MUNDO  › CONTINUAN LOS ATAQUES DE ISRAEL

Carnicería en Gaza

› Por Juan Miguel Muñoz *
Desde Beit Hanun

El ejército israelí perpetró ayer una nueva carnicería en Gaza. Ocho niños, siete mujeres y cuatro hombres, todos ajenos a los combates y miembros de la misma familia, perecieron de madrugada en Beit Hanun, cuando dormían en sus casas. Los heridos se cuentan por decenas. Fueron 15 minutos de fuego de la artillería israelí contra una zona en la que no se registraba actividad armada, en una ciudad que ha sido devastada por una semana de invasión de los soldados hebreos. La matanza es un crimen de guerra más para los dirigentes palestinos, y un error, a juicio del gobierno de Ehud Olmert.

Se retiraron los uniformados de Beit Hanun el martes por la mañana, después de dejar más de 60 muertos, centenares de heridos y una ciudad destrozada. Pero no hay retirada que valga cuando cientos de tanques se acumulan en los bordes de la franja. A las 5.30, la artillería lanzó una salva de proyectiles que impactaron en un bloque de viviendas en el extremo norte de la ciudad. La inmensa mayoría de las 19 víctimas fallecieron en el acto, y alguna salió despedida por las ventanas desde la tercera planta del bloque. Para numerosos juristas y líderes árabes-israelíes y palestinos, se trata de un “crimen de guerra”, que se suma a todos los ataques israelíes que se han cebado con la población e infraestructuras civiles desde el pasado junio, cuando un comando de Hamas capturó a un uniformado judío todavía en cautiverio. “Seguían disparando para impedir que la gente pudiera salir de sus casas”, contaba uno de los testigos de la masacre de la familia Al Attamne ante uno de los edificios que circundan al más dañado y que presentaba también grandes agujeros en sus tejados. Tras conocerse la noticia, brotaron manifestaciones espontáneas en las ciudades cisjordanas y el presidente, Mahmud Abbas, declaró tres días de duelo. El gobierno israelí lamentó las muertes de inocentes y la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, afirmó que el ejército no va a Gaza a matar civiles. Pero el hecho es que desde que el soldado judío Gilad Shalit fuera capturado por milicianos de Hamas, el 25 de junio, casi 400 personas han muerto en la Franja, la mitad de ellos mujeres, niños, enfermeros de ambulancias y simples transeúntes. Y es que el gobierno de Olmert aprobó en abril de este año la reducción –de 300 a 100 metros– de los márgenes de seguridad para separar a los civiles de los objetivos militares, lo que propicia mucho mayor riesgo.

El ministro de Defensa, Amir Peretz, ordenó una investigación de la matanza al jefe del Estado Mayor, Dan Halutz, aunque como es norma las averiguaciones corren a cargo del propio ejército.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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