La Justicia chilena sigue enviando señales contradictorias cuando se trata del ex dictador Augusto Pinochet. Ayer una sala de la Corte de Apelaciones de Santiago decidió desaforarlo por décima vez. Es por la desaparición y las torturas contra el sacerdote español Antonio Llidó en 1974. Sin embargo, al mismo tiempo otra sala le concedía la libertad provisional. Pinochet cumplía arresto domiciliario desde el 31 de octubre pasado por decenas de casos de desapariciones, torturas y homicidios en uno de los peores centros clandestinos de la dictadura, Villa Grimaldi.

En el caso del sacerdote español, al ex dictador se le imputa haber tenido conocimiento de su detención a fines de 1974 y de las torturas que sufrió mientras estuvo detenido en dos centros clandestinos en Santiago. La querella se fundamenta en la declaración de un miembro del Comité Pro Paz que dijo haberse reunido con Pinochet ese año. Según relató el obispo luterano Helmutz Frenz, el ex dictador habría dicho que Llidó no era un religioso, sino un comunista y que era necesario aplicar la tortura para que entregara información, porque de otra manera “no cantan”. La defensa de Pinochet intentó descalificar el testimonio de Frenz con el argumento de que es poco probable que el ex dictador se haya reunido a solas con él. El vocero de Pinochet, Guillermo Garín, no quiso hablar sobre el desafuero y prefirió destacar la liberación del ex dictador chileno, a la que calificó de lógica. Garín resaltó nuevamente los problemas de salud del ex presidente de facto y sus casi 91 años. El vocero también se mostró confiado en que no se llegará a una condena fija en el caso Villa Grimaldi. “Es muy discutible la participación directa en casos de torturas y secuestros de un ex presidente”, afirmó. De todas maneras, agregó, “siempre habrá recursos para presentar”. Esta ha sido la principal estrategia de la defensa de Pinochet para prolongar indefinidamente los procesos judiciales, que cada vez se multiplican más. Los familiares de las víctimas, sin embargo, tienen fe en que este juicio será el primero en terminar con una condena contra Pinochet.