EL MUNDO › MIENTRAS SE APILAN CADAVERES DE IRAQUIES Y ESTADOUNIDENSES
Al menos cinco personas, entre ellas un rehén austríaco, murieron ayer en el sur de Irak, donde están desplegadas las tropas británicas, como consecuencia de los combates entre tropas estadounidenses y los responsables por los secuestros masivos de los últimos días. Entre los muertos habría también dos mujeres y un británico, aunque el ejército estadounidense no confirmó la información.
Cuatro guardias estadounidenses y un austríaco fueron secuestrados el jueves, junto con diez iraquíes, cerca de la frontera con Kuwait cuando el convoy que escoltaban, integrado por 43 camiones y seis vehículos de seguridad, fue detenido en lo que aparentaba ser un retén policial, cerca de Safwan, a unos 50 kilómetros al sur de Basora.
Según un alto funcionario de Estados Unidos en Bagdad, se trata de cinco empleados de la empresa de seguridad privada Crescent Security Group, basada en el vecino emirato. El secuestro tuvo lugar en una región controlada por las milicias chiítas, hostiles a la presencia de las fuerzas de la coalición y a los agentes de seguridad privada. Después del rapto, fuerzas militares estadounidenses se desplegaron en la región para encontrar a los contratistas desaparecidos. Uno de ellos fue hallado muerto ayer, mientras que los otros dos, también estadounidenses, recobraron la libertad. Por el momento se desconoce el paradero de los otros secuestrados.
Asimismo, un agente de seguridad británico murió ayer y otro ciudadano de ese país fue herido en un enfrentamiento con guardias fronterizos iraquíes cuando se dirigían al sitio donde fueron secuestrados los norteamericanos y el austríaco, según la policía iraquí. En tanto, otro soldado estadounidense murió en combate en el norte de Bagdad, lo que llevó a once el número de militares de ese país caídos en los últimos tres días en Irak. Además, cuatro agentes de seguridad fueron muertos por una banda de ladrones que asaltó la banca estatal Rafidaiyn (Dos Ríos), en el barrio de Athaifiyah de la capital iraquí.
El rapto de los cinco guardias de seguridad sucedió dos días después de un secuestro masivo en un edificio del Ministerio de Educación Superior en Bagdad por parte de hombres vestidos de uniforme. Pese a que la mayoría de los rehenes fueron liberados, varias decenas de personas siguen desaparecidas. Otras tantas aparecieron muertas con señales de tortura en sus cuerpos, dijo el titular del ministerio, Adeb Diab al Ujaili, quien afirmó que no trabajará hasta que todos los capturados hayan sido localizados.
Mientras tanto, el gobierno iraquí negó ayer haber emitido una orden de arresto contra el jeque Harith al Dhari, el principal clérigo sunnita del país, por atizar con sus declaraciones el odio entre los sunnitas y los chiítas. Al Dhari se encuentra en Ammán, Jordania, pero fue conminado a regresar a Irak para ser interrogado. El Consejo de Ulemas, cuyo secretario general es el jeque Al Dhari, dijo que el gobierno del primer ministro, Nuri al Maliki, demostró así su “bancarrota moral” y que debería renunciar antes de ser derrocado.
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