EL MUNDO › IMPULSA UNA REFORMA POLITICA PARA LIMITAR MANDATOS
Luiz Inácio Lula da Silva intentará poner fin a la reelección inmediata, revirtiendo la reforma de su antecesor, Fernando Henrique Cardoso. A menos de un mes de ser reelecto con el 60 por ciento de los votos, el presidente brasileño enviará al Congreso una reforma política, en la que incluirá la vuelta a un mandato presidencial y de gobernadores de cinco años no renovables. El anuncio lo hizo esta semana el ministro de Relaciones Institucionales, Tarso Genro, quien adelantó que será una de las grandes metas del próximo gobierno.
La próxima administración petista está intentando empezar a enmendar las diferencias con la oposición, después de varios meses de una campaña muy agresiva y llena de acusaciones e insultos. Por eso, Lula comenzó a tender puentes con sus rivales. Por un lado, la prensa brasileña afirmó que Lula estaría planeando crear un consejo asesor de ex mandatarios. Incluiría a José Sarney, Fernando Collor de Mello, Itamar Franco y a Cardoso. La participación de estos dirigentes fortalecería al segundo gobierno de Lula, que asumirá el próximo 1º de enero, y sería un primer paso para reconciliar a los principales partidos de la oposición con el oficialismo. El otro paso que intentó dar Lula fue un llamado al diálogo directo con los líderes de la oposición. Desde hace ya varias semanas, el presidente ha invitado al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y al Partido del Frente Liberal (PFL) al Planalto para conversar sobre los proyectos para los próximos cuatro años. Por ahora aceptó la invitación.
El primero que derrumbó las aspiraciones de Lula fue justamente su principal enemigo, el ex presidente Cardoso. En los últimos meses de la campaña electoral, el líder socialdemócrata fue adquiriendo un tono cada vez más agresivo, convirtiéndose en el dirigente más antilulista de la oposición. Ayer, el ex presidente demostró que sus diferencias con Lula van más allá del clima recalentado de la campaña. “No tengo nada que conversar con Lula en este momento”, se limitó a afirmar Cardoso, rechazando cualquier acercamiento al Planalto.
Según Genro, el ministro que anunció el proyecto para anular la reelección antes de las elecciones municipales del 2008, el gobierno consultará con los partidos aliados y los opositores antes de enviar el proyecto al Congreso. Los líderes del PSDB y del PFL no comentaron sobre la posible reforma política. Sin embargo, la distancia que en general están manteniendo los dirigentes opositores permite pronosticar que no le será fácil a Lula conseguir el amplio consenso que necesita. El presidente fue muy crítico de la forma en la que Cardoso obtuvo los votos para la reforma de 1997 –hubo denuncias de compras de votos–. Por eso va a ser muy importante para él imponer sus cambios, pero de forma transparente.
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