EL MUNDO › DIJO QUE NO HABRA PAZ CON TROPAS DE EE.UU. EN IRAK
› Por Angeles Espinosa *
Desde Teherán
El líder supremo de la Revolución Islámica iraní, ayatolá Alí Jamenei, responsabilizó ayer a Estados Unidos del caos reinante en Irak y afirmó que la retirada de las tropas norteamericanas es el primer paso para la paz en el país árabe. La acusación se produjo durante un encuentro con el presidente iraquí, Yalal Talabani, de visita oficial en Teherán. Jamenei, que tiene la última palabra en asuntos de política exterior y seguridad nacional, también prometió que Irán usará su influencia entre los chiítas iraquíes para controlar la violencia.
“La principal causa de la actual situación en Irak es la política de Estados Unidos”, le dijo Jamenei a Talabani, según la televisión oficial iraní. “Sus agentes sobre el terreno son terroristas y antiguos baasistas”, agregó. Esas palabras parecen una crítica a la reintegración de los miembros del antiguo Partido Baas de Saddam Hussein expulsados de los puestos de trabajo públicos tras la invasión estadounidense, una medida que también divide a los iraquíes. “Los responsables de la inseguridad se esconden detrás de un conflicto chiíta-sunnita, pero chiítas y sunnitas han vivido juntos durante siglos”, denunció el líder iraní que acusó a Estados Unidos de atizar “la ola de inseguridad” con el fin de “poner en el poder a un dictador como Saddam Hussein”. “La salida de las fuerzas de ocupación es el primer paso para solucionar el problema de la inseguridad en Irak”, afirmó Jamenei.
La invasión estadounidense metió a la República Islámica en un lío. Inicialmente sus dirigentes no vieron con malos ojos el derrocamiento de Saddam, un rival con el que mantuvieron una guerra de ocho años (de 1980 a 1988) que dejó 300.000 muertos, 700.000 heridos y dos millones de desplazados sólo en Irán.
De hecho, las relaciones entre ambos países –los dos de mayoría chiíta– mejoraron a partir de 2003. Sin embargo, tampoco pueden dar la imagen de que apoyan la ocupación y repiten a menudo que las tropas norteamericanas deben retirarse no sólo de Irak, sino de toda la zona.
Aun así, en los últimos meses, los observadores han notado cierta inquietud ante la perspectiva de una retirada inminente. Con todo, la política oficial no ha cambiado y que Jamenei insista en ello parece decir a Washington que su eventual ayuda para estabilizar Irak no sería para que sus tropas se queden allí. La agenda es otra. Algunos sectores incluso se felicitan de que el Gran Satán se haya empantanado al otro lado de su frontera, porque le dificulta forzar un cambio de régimen en Teherán.
Talabani, que mantiene buenas relaciones tanto con Irán como con Estados Unidos, respondió a Jamenei que “los responsables de la inseguridad en Irak están inquietos ante (el avance de) un Irak democrático con un Gobierno popular a la cabeza”. Según las citas de la televisión iraní, el presidente iraquí también apuntó hacia las milicias chiítas y los insurgentes al precisar que el gobierno iraquí no tiene en sus manos el dossier de la seguridad. “Si se le transfiriera, podría garantizar la estabilidad en todo el país”, afirmó.
A ese respecto, el ayatolá Jamenei aseguró al presidente iraquí que “si su gobierno se lo pide, Irán hará todo lo que esté a su alcance para ayudar al restablecimiento de la seguridad y la estabilidad en Irak”.
Sus palabras refuerzan la promesa hecha la noche anterior por el presidente Mahmud Ahmadinejad, con quien Talabani se entrevistó nada más llegar a Teherán. Pero la mayoría de los analistas estiman que Irán tiene más capacidad de desestabilizar que de estabilizar en Irak.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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