Lo dijo George Bush en el encuentro con Maliki. El presidente de Estados Unidos se esforzó por expresar su confianza en el premier iraquí, pese a que un asesor suyo lo calificó de ignorante.
› Por Donald Macintyre *
Desde Amman
El presidente George Bush insistió ayer en que el primer ministro Nouri al Maliki era el “hombre correcto” para Irak y se comprometió a acelerar el traspaso de las funciones de seguridad a las fuerzas iraquíes. Rechazando los pedidos de lo que él llamó una “salida con estilo” de Estados Unidos, el mandatario aseguró: “Nos quedaremos en Irak hasta terminar nuestro trabajo”. Bush se esforzó por expresar su confianza en Maliki, cuestionado por uno de los tenientes más cercanos de Bush, su asesor de Seguridad Nacional Stepehen Hadley, en un informe filtrado a la prensa la semana pasada. Más tarde, Maliki le dijo a la televisión estadounidense que las fuerzas iraquíes estarán listas para asumir el control total del país en junio próximo.
Después de reunirse con Maliki ayer, Bush aseguró que había visto emerger a un gran líder. El presidente estadounidense también contó que el primer ministro iraquí le había dicho que su propia casa había sido atacada. “No se puede liderar si uno no tiene coraje. El tiene coraje y lo ha demostrado en los últimos seis meses”, agregó. Mientras repetía una y otra vez que quería acelerar el traspaso de la situación a las fuerzas iraquíes, se negó a presentar un cronograma para la retirada. “Todo lo que provocan los cronogramas es darle expectativas irreales a la gente”, explicó Bush. “Sé que hay mucha especulación sobre que este tipo de informes en Washington signifiquen que habrá algún tipo de salida con estilo de Irak. Vamos a quedarnos en Irak para asegurarnos de que el trabajo se cumpla, siempre y cuando el gobierno nos quiera aquí”, continuó.
Bush también afirmó que él y el premier iraquí se oponían a una ruptura del país. “El primer ministro dejó en claro que dividir a su país, como algunos han sugerido, no es lo que el pueblo iraquí quiere, y que cualquier partición sólo llevaría a un aumento de la violencia sectaria”, sostuvo Bush. Pero con la implacable ola de violencia en Irak aumentando la presión política dentro de Estados Unidos contra Bush para que planifique una retirada, la reunión de ayer con Maliki no pareció haber encontrado una solución a las críticas contra la estrategia del gobierno estadounidense.
Bush dijo que habían discutido “aumentar la autoridad del primer ministro y parte de las frustraciones del premier por no tener las herramientas necesarias para hacerse cargo de aquellos que violan la ley”. Pero un importante funcionario estadounidense reconoció a los periodistas que viajan con Bush que esto “no era un proceso simple”. “No se trata de que Estados Unidos e Irak estén peleando por agarrar el volante. Se trata de que Estados Unidos quiere que Irak agarre con firmeza el volante con sus propias manos, y la cuestión es, ¿cómo logramos esto lo antes posible?”, les habría dicho el funcionario.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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