“Si no reaccionamos nuevos ataques terroristas, potencialmente perpetrados con las armas más destructivas del mundo, se cernirán sobre el futuro de Estados Unidos.” Con esta arenga, el presidente norteamericano George Bush presentó ayer ante el Congreso el plan antiterrorista para evitar otro 11 de septiembre. Entre las medidas novedosas figuran la creación de “equipos rojos” de falsos terroristas encargados de probar la eficacia de las medidas adoptadas, el incremento del control de los contenedores marítimos en los puertos de origen y la uniformización a nivel nacional sobre la obtención de permisos de conducir. Bush pidió al Congreso que comience a tratar la puesta en funcionamiento del Departamento (ministerio) de Seguridad Interna antes de agosto. La bancada demócrata del Senado publicó ayer un proyecto de ley acordado con los republicanos para llevar el presupuesto militar del año fiscal (que comienza en octubre) próximo a 355.000 millones de dólares.
El documento que Bush repartió a los legisladores tiene 70 páginas y fue elaborado durante los últimos ocho meses. “Tenemos enfrente una amenaza nueva y cambiante, que reviste diversas formas, frecuentemente invisibles”, declaró el presidente ante los legisladores. “La divulgación de conocimientos para construir armas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares continuará expandiéndose. Si nuestros enemigos pueden procurarse esas armas, querrán probablemente utilizarlas y las consecuencias de tales ataques serán mucho más devastadoras que las sufridas por los ataques del 11 de setiembre”, advirtió. En concreto, además de las medidas citadas, el plan antiterrorista propone acelerar la reorganización del FBI para convertirlo principalmente en una agencia antiterrorista y reforzar su capacidad de análisis; crear una división de inteligencia sobre las amenazas terroristas en el seno del futuro Departamento de Seguridad Interna; mejorar la protección de las grandes redes informáticas; reforzar la cooperación internacional en la lucha antiterrorista y la ampliación de los procedimientos de extradición; instar al sector privado a cooperar en el desarrollo de nuevas tecnologías y acelerando la investigación médica para contrarrestar un posible ataque biológico o radiactivo.
El subcomité de Gastos de Defensa del Senado unánimemente aprobó ayer el proyecto de ley para el año fiscal que comienza el 1º de octubre, que le concede al Pentágono 35.000 millones de dólares adicionales que Bush desea para emplear en su guerra contra el terrorismo. El Pentágono obtendrá después unos 10.000 millones de dólares adicionales, cuando la Casa Blanca someta un plan detallado sobre el uso de un fondo de guerra de emergencia que Bush quiere.