EL MUNDO › PERU CAMBIA ERRADICACION POR TLC CON WASHINGTON
› Por Carlos Noriega
Desde Lima
Mientras el presidente Alan García sorprendía a todos defendiendo públicamente la hoja de coca y haciendo un llamado a revalorizar su consumo tradicional y su uso para fines médicos o para mejorar la gastronomía local, el presidente de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida Sin Drogas (Devida), Rómulo Pizarro –quien fuera ministro del Interior durante el gobierno de Alejandro Toledo– presentó el plan antidrogas para el período 2007-2011. Y ahí no se dice nada de revalorizar la hoja de coca y promover su consumo legal. El plan tiene tres prioridades: prevenir el consumo de drogas como el eje fundamental, mejorar la interdicción de los insumos químicos que llegan hasta las zonas cocaleras de la selva para fabricar cocaína y sustituir los cultivos de coca por otros productos.
Las políticas antidrogas del gobierno peruano y su tratamiento al tema de la hoja de coca tienen el sello de la embajada norteamericana, que tiene un gran poder de influencia sobre las decisiones que adopta Devida. Estados Unidos ha impuesto desde hace varios años su decisión de priorizar la erradicación de los sembradíos de hoja de coca, lo que no ha resuelto el problema del narcotráfico, pero ha creado un gran problema social en las zonas cocaleras, donde unas 300 mil familias viven sembrando coca.
“El plan presentado por el gobierno es más de lo mismo. La única novedad es poner el énfasis principal en la prevención del consumo de drogas, lo cual es un grave error, porque ése no es el problema principal del país. La atención principal debe estar puesta en buscar desarrollar las zonas cocaleras para ir cambiando paulatinamente la producción de hoja de coca por otros cultivos que sean rentables para el campesino. Hay que darles créditos, asistencia técnica y mercados para sus productos. Pero para lograr eso hay que trabajar junto a los cocaleros y no criminalizarlos. Hay que desmilitarizar la relación con los cocaleros y no verlos como parte del problema, sino verlos como parte de la solución”, le señaló a Página/12 el sociólogo Hugo Cabieses, experto en el tema de la coca.
En opinión de Cabieses la defensa de la hoja de coca que hace unos días hiciera García no anuncia un cambio de estrategia del gobierno en este tema. “Ese supuesto cambio no se ve en el plan que se ha presentado. García ha salido a defender la coca justamente cuando Evo Morales ha anunciado que se aumentarán los terrenos para el cultivo de la hoja. Con sus declaraciones García está buscando advertirle a Estados Unidos que si no lo ayudan, dándole, por ejemplo, el Tratado de Libre Comercio (TLC), entonces podrían pararse las erradicaciones de coca. Es una estrategia que está usando a la coca como arma de negociación”.
En el Perú hay, de acuerdo con las cifras oficiales, 48 mil hectáreas de hoja de coca que producen 106 mil toneladas de esta hoja, de las cuales, según las autoridades, el diez por ciento va al consumo tradicional y el resto al narcotráfico. Sin embargo, analistas independientes estiman que los sembradíos de coca superarían las 60 mil hectáreas. No hay una política de desarrollo integral de las zonas cocaleras, donde los campesinos tienen en la coca su única forma de subsistencia.
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