EL MUNDO › SERA EJECUTADO ANTES DE UN MES
› Por Patrick Cockburn *
Saddam Hussein será colgado dentro de los próximos treinta días. La Corte de Apelaciones iraquí ratificó la sentencia de muerte que el dictador iraquí había recibido el mes pasado por crímenes de lesa humanidad. Es probable que la ejecución se lleve a cabo en secreto; el momento y el lugar serán anunciados después. La muerte en la horca del líder iraquí que gobernó al país durante más de un cuarto de siglo podría provocar una reacción furiosa de algunos miembros de la comunidad sunnita a la que él pertenece. Los chiítas y los kurdos en Irak, en su mayoría, aprueban la sentencia de muerte.
“Les corresponde a las autoridades cumplir con la sentencia”, dijo el presidente del Alto Tribunal Iraquí, Aref Abdul-Razzaq al-Shahin. “En lo que a nosotros respecta, esto es lo que dice la ley, de manera que la autoridad ejecutiva tiene la obligación de cumplir con el fallo antes de los treinta días.” No hay posibilidad de otra apelación. El primer ministro Nouri al-Maliki dijo anteriormente que esperaba que Saddam fuera ejecutado antes del final de 2006. Después de un juicio largo y hostil, el 5 de noviembre Saddam Hussein fue encontrado culpable del asesinato de 148 chiítas en el pueblo de Dijail, al norte de Bagdad, después de un fracasado intento de asesinato contra el presidente iraquí en 1982.
La Corte de Apelaciones también confirmó las sentencias de muerte del medio hermano de Saddam, Barzan al-Tirkiti, y del ex juez Awas al-Bander. Añadió que el ex vicepresidente Taha Yassin Ramadan, sentenciado previamente a cadena perpetua, también deberá ser ejecutado. El jefe de la defensa de Saddam, Khalil al-Dulaimi, dijo: “Si se atreven a llevar a cabo la sentencia será una catástrofe para la región y sólo profundizará la lucha sectaria”. Pero muchos sunnitas dicen que están demasiado ocupados tratando de mantenerse con vida ellos mismos como para preocuparse por el destino de Saddam, aunque simpaticen con él.
Los insurgentes están extendiendo su control sobre los distritos sunnitas en Bagdad y otras ciudades por temor a una limpieza sectaria a manos de las milicias chiítas. En partes del oeste de Bagdad están organizando a jóvenes para defender sus distritos por turnos las 24 horas del día. Pero los insurgentes islámicos tiene poca simpatía por Saddam Hussein, el autócrata secular. En Mosul, la tercera ciudad más grande de Irak, los hombres armados desfilaban abiertamente por las calles en los últimos días distribuyendo panfletos llamando a una república islámica sunnita. Hasta ahora hubo pocas represalias en Basora por el ataque británico del día de Navidad a una comisaría de Jamiat que después hicieron estallar. Los funcionarios locales habían expresado su ira por el ataque, que Mohammed al Abadi, jefe del consejo de la ciudad, describió como ilegal. Las fuerzas británicas fueron acusadas de no notificar a las autoridades de Basora de sus planes.
La operación, la mayor de las tropas británicas desde la invasión de 2003, produjo la liberación de 127 prisioneros que estaban encarcelados en una sola habitación de unos 10 por 12 metros cuadrados, con dos inodoros abiertos. Un vocero inglés dijo que muchos tenían señales de tortura, como manos y pies aplastados y quemaduras de cigarrillos o de electricidad. Fueron entregados a otra unidad policial. El ataque a primeras horas de la mañana de 800 soldados británicos apoyados por cinco tanques y 40 vehículos blindados no fue resistido por miembros de la comisaría.
Como en el pasado, los voceros británicos fueron rápidos para hablar de una “estación de policía paria” y “una unidad de policía paria”, como si el resto de la policía de Basora estuviera cooperando con las fuerzas británicas.
Mientras Estados Unidos y Gran Bretaña han exigido que Al-Maliki saque a las milicias del centro del poder, en realidad están esperando que él rompa sus vínculos con una milicia en particular: el ejército anti-estadounidense Mehdi de Muqtada al-Sadr. Estados Unidos tiene vínculos cercanos con la Organización Badr, la bien organizada milicia chiíta del Consejo Supremo de la Revolución Islámica de Irak, que llevó a cabo muchos asesinatos sectarios contra los sunnitas, pero hasta ahora no combatió a las fuerzas de Estados Unidos. Los kurdos también mantienen poderosas milicias. Estados Unidos y Gran Bretaña han tratado, desde que los chiítas triunfaron en las dos elecciones generales en 2005, de dividir a sus partidarios. Pero esto podría provocar una guerra civil entre chiítas. La necesidad de hacer estallar una de las principales estaciones de policía en Basora muestra lo cerca que está el sur de Irak de una anarquía general.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère
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