EL MUNDO › SEGUN EL INFORME BRITANICO DEL CASO LITVINENKO
El envenenamiento de Alexander Litvinenko traspasó las fronteras del mundo del espionaje. Diez civiles británicos fueron contaminados con polonio 210. Esa fue la conclusión de la investigación que realizó la Agencia de Protocolo de la Salud después de conocerse el envenenamiento del espía ruso Alexander Litvinenko. Presentan rastros de la sustancia radiactiva, aunque ninguno corre peligro de muerte. Se trata de personas que estuvieron cerca del ex agente de la KGB o que frecuentaban los mismos lugares. En Italia, otro de los escenarios de este thriller de espionaje, el espía Mario Scaramella, detenido y acusado de ser uno de los responsables del envenenamiento de Litvinenko, aseguró que teme un atentado contra su vida. En una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera acusó al presidente ruso Vladimir Putin de estar planeando un ataque contra él. Después de saber que había sido envenenado, el ex agente de la KGB también había señalado al mandatario como el principal sospechoso.
Siete de las diez personas contaminadas son empleados del hotel Millennium, el mismo que el espía ruso visitó a principios de noviembre, antes de enfermarse. La agencia de salud había llamado a todas aquellas personas que podrían haber estado en contacto con Litvinenko o en los lugares por los que pasó en Londres. En sólo semanas, recibieron 3850 llamadas, de las que analizó en profundidad 670. El impacto de este caso también alcanzó a otros países como Rusia, Alemania e Italia. En este último, se encuentra detenido el último de la lista de sospechosos que ya suman varios espías o figuras importantes de Moscú. Scaramella, un espía que utiliza el título de profesor universitario, fue una de las últimas personas en ver sano al espía ruso. Sólo horas después de su encuentro, Litvinenko se enfermó repentinamente y tuvo que ser internado. Tres semanas después falleció.
Moscú también está intentando sumar sospechosos a la lista. La fiscalía general rusa aseguró esta semana que tenía información que indicaba que el ex vicepresidente del grupo petrolero Yukos, Leonid Nevzlin, estaba involucrado en el asesinato del ex espía de la KGB, que en los últimos tiempos se había convertido en uno de los principales opositores al gobierno de Putin. Nevzlin, actualmente refugiado en Israel, era uno de los hombres más cercanos al presidente de Yukos, Mijail Jodorkovski, quien actualmente cumple una condena de ocho años de cárcel por fraude fiscal. Cuando Jodorkovski fue condenado, los opositores acusaron a Putin de presionar a la Justicia para sacar de la escena política a un posible rival electoral. Ayer, Nevzlin volvió a denunciar la persecución política del Kremlin.
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