Dom 14.01.2007

EL MUNDO  › MEDIO MILLON DE PERSONAS EXIGIO QUE LA ETA RENUNCIE AL TERRORISMO

Masivo reclamo de paz en España

En una jornada plagada de confusiones por la ambigüedad de algunas consignas y por el boicot del Partido Popular, los españoles salieron a las calles en Madrid y Bilbao para manifestar su repudio al atentado de Barajas. Saramago, Almodóvar, Sacristán y Luppi dieron el presente.

› Por Oscar Guisoni

Desde Madrid

Dos multitudinarias manifestaciones, una en la ciudad de Bilbao, otra en Madrid, expresaron ayer el rechazo de la sociedad española a la violencia terrorista. Las marchas fueron precedidas por una fuerte polémica política que ha dejado al descubierto la profunda división existente hoy en el país en torno del modo en el que se debe proceder para acabar con ETA. El Partido Popular, que después de muchas ideas y vueltas finalmente no concurrió a ninguna de las dos convocatorias, terminó pagando con su aislamiento su burdo intento de aprovechar el atentado etarra del 30 de diciembre en el aeropuerto de Barajas para desgastar el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Es la primera vez, en los cuarenta años de existencia de la banda separatista vasca, que las fuerzas políticas españolas no se manifiestan unidas contra un ataque terrorista.

Ayer por la tarde en Madrid la escritora Almudena Grandes cerró con sus palabras, en las que pidió con contundencia que “ETA abandone la violencia”, la impresionante marcha que recorrió el centro de la ciudad y que culminó con un acto en el que el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España (Fenadee), Santiago Morales, afirmó emocionado que “los inmigrantes venimos aquí a compartir la riqueza, pero también compartimos el sufrimiento”, realizando un homenaje a los dos ciudadanos ecuatorianos asesinados por ETA en su último atentado.

El llamado a la manifestación que se realizó en Bilbao, la ciudad más importante del País Vasco, corrió por cuenta del presidente del gobierno regional, el lehendakari Juan José Ibarretxe, del Partido Nacionalista Vasco, y estuvo rodeada desde un principio por la polémica. Ibarretxe convocó a la ciudadanía primero bajo el lema “Por la paz y el diálogo”, lo que provocó que el Partido Socialista vasco decidiera no concurrir, al interpretar que se estaba respaldando la continuidad de la negociación política con los independentistas. El brazo político de ETA, Herri Batasuna, se sumó en un principio a la marcha, aun cuando el gobierno vasco le hizo saber que su presencia no era bienvenida. El Partido Popular vasco se negó inicialmente a concurrir porque creía que la consigna no expresaba el deseo de la sociedad de acabar con la violencia.

Ibarretxe rectificó finalmente el lema de la convocatoria en un intento de ampliar el espectro político de la marcha y reconoció públicamente su error, considerando que sólo había contribuido a confundir a la ciudadanía. Satisfaciendo los deseos de socialistas y populares, el gobierno vasco incorporó la frase “Exigimos a ETA el fin de la violencia”. Desde el PSOE la respuesta fue inmediata: los socialistas se sumarían a la marcha e incluso invitaban a Batasuna a que mantuviera su voluntad de asistir, para demostrar así su voluntad de rechazar la lucha armada.

Herri Batasuna terminó desistiendo de su propósito de marchar junto a la ciudadanía vasca cuando el lema de la manifestación fue modificado. Una reacción previsible que confirma el aislamiento en el que se encuentra la izquierda radical después del atentado con el que ETA rompió sorpresivamente la tregua declarada el 24 de marzo de 2006. Pero lo que no se esperaban los organizadores del acto era la negativa del Partido Popular a hacerse presente en la manifestación.

Una telenovela aún más confusa fue protagonizada por el PP a nivel nacional y terminó dejándolo también fuera de la marcha que ayer por la tarde convocó en Madrid a más de medio millón de personas. La manifestación fue propuesta originalmente por los dos sindicatos mayoritarios, UGT y Comisiones Obreras, en conjunto con la Federación de Ecuatorianos residentes en España. La consigna que se propuso en un principio “Por la paz y el diálogo, contra el terrorismo” fue la excusa que utilizaron los populares para negarse a sumarse al acto. El PP entendía que el lema era confuso y que parecía un apoyo explícito a la política dialogante del gobierno hacia ETA antes del atentado de Barajas, por lo que exigía una condena explícita a la violencia como requisito para bajar a las calles.

La manifestación madrileña estuvo secundada también por un impactante comunicado firmado por artistas e intelectuales, entre los que se destacaban el Premio Nobel José Saramago, Joaquín Sabina, Pedro Almodóvar, José Sacristán, entre otros. Los firmantes criticaron la actitud del Partido Popular en una conferencia de prensa en la que sorprendió por su dureza el discurso del argentino Federico Luppi, quien afirmó que “nos va la vida en crear un cordón sanitario contra esta derecha cerril, troglodita, casi gótica. Esta es una derecha venenosa, terrible y perversa”.

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