Jue 18.01.2007

EL MUNDO  › DESPUES DE LAS TRES INTERVENCIONES QUIRURGICAS

Castro mejora, dice su doctor

› Por Oriol Güell y Ana Alfageme *
Desde Madrid

El líder cubano y su entorno fueron quienes adoptaron la decisión de someterse a la técnica quirúrgica que ha desembocado en las complicaciones que lo mantienen postrado en situación grave, según fuentes médicas conocedoras del caso. Castro, que se interesa hasta el último detalle en los tratamientos a los que es sometido, optó por eludir una colostomía por la incomodidad que le iba a suponer portar una bolsa por la que debería evacuar.

La operación a la que prefirió ser sometido fue la que falló y obligó a dos nuevas operaciones. Castro sufrió en verano hemorragias intestinales y una severa infección (peritonitis) causada por la inflamación del intestino grueso, una dolencia denominada diverticulitis, según confirmaron fuentes médicas del hospital Gregorio Marañón de Madrid. En este centro trabaja como jefe de Cirugía José Luis García Sabrido, a quien acudieron las autoridades cubanas hace tres semanas para que visitara a Fidel Castro en la isla caribeña.

En los casos más graves de diverticulitis, la indicación es siempre extirpar la parte del colon afectada. Existen, sin embargo, dos técnicas para llevar a cabo la operación. La primera es la ileostomía, que tiene la ventaja de permitir que el intestino grueso cicatrice sin estar sometido al tránsito de flujos gástricos. Su inconveniente es que durante este período, el enfermo debe llevar una bolsa de plástico colgando del vientre para recoger las heces. Además, el enfermo debe ser sometido a una segunda operación para que el tránsito intestinal recupere su dinámica natural.

Castro y su entorno, según fuentes médicas cercanas al caso, rechazaron esta opción al considerarla incómoda y no querer someterlo a una segunda operación. Prefirieron que, tras serle extirpado parte del intestino grueso, el cirujano empalmara directamente la parte superior de este órgano con el recto. Si esta operación sale bien tiene el beneficio de devolver al paciente a la normalidad en unos días.

No fue el caso de Castro, ya que la cicatriz entre el intestino grueso y el recto no cerró bien y acabó rompiéndose. Esto liberó heces en el abdomen, lo que causó una nueva infección por peritonitis. Castro delegó el poder en su hermano Raúl y el Partido Comunista el 31 de julio pasado para someterse a su primera operación.

La situación de Castro entre el verano y la visita de García Sabrido, a finales de diciembre, alternó períodos de mejoría con fases de agravamiento de su estado por nuevas complicaciones –fracasó el ano artificial que le fue implantado, falló una prótesis coreana y se inflamó la vesícula, entre otros problemas, que provocaron dos nuevas intervenciones.

Poco antes de la visita de Sabrido, los médicos debían drenar por día más de medio litro de líquidos, con grave riesgo de pérdida de nutrientes. Además, Castro ha perdido masa muscular y ha tenido que recurrir a la alimentación por vía intravenosa. Ayer Sabrido volvió a remitirse a lo dicho a su regreso de Cuba: “Castro se recupera”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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